martes, 21 de febrero de 2017

Mails sobre psicoanálisis, Religión y la Idea de Causa!

MAILS SOBRE PSICOANALISIS, RELIGION Y LA IDEA DE CAUSA

INTRODUCCION

En los tiempos de la concurrencia hospitalaria,  conocí grandes personas, analistas a quien respeto y admiro,  instructores a quien debo parte de mi formación, colegas y compañeras con una inteligencia envidiable.

La Lic Cecilia Basimiani es una colega con quien el deseo de escribir un trabajo común quedó insatisfecho, sin embargo, releyendo la calidad y profundidad de algunos intercambios que realizamos por correo electrónico, me encontré con que había material suficiente para publicar sin sonrojarse…   

Lo que sigue son unos pocos mails que nos enviamos allá por el año 2005.


ALGUNAS IDEAS

Enero de 2005
Querido Leo:

                       Quizás este no es el mejor momento para empezar a pensar en nuestro trabajo (desde mi perspectiva) o libro (desde tu punto de vista), dado que tendríamos que estudiar para el concurso; y en eso estaba o por lo menos lo intentaba, pero cuando el aburrimiento ocasionado por la ley de Salud Mental amenazaba mudarse en angustia, decidí seguir la vía del a como causa de deseo y acá estoy, no escribiendo, mas bien escribiéndote.
                       
                        En realidad, no tengo mucho para decir, todavía no tengo muy claras las ideas, y esto incluye las ideas que podríamos llamar teóricas así como también las que causan este intento de producir alguna suerte de escrito.
Por eso me gustaría empezar a revisar algunos de los temas de los que hablamos: la religión, la idea de Dios, la muerte y lo real.

                        En principio me gustaría decir que creo que el tema más áspero es el de la muerte, por eso me gustaría que hablemos de religión, empecemos con  el diccionario que siempre sirve como punto de partida; la definición reza: "conjunto de creencias, mitos o dogmas acerca de la divinidad y de prácticas rituales para darle culto". Más adelante aclara: "por su origen se llama natural si reconoce la dependencia de un Ser superior, que se comprende con la sola ayuda de la razón, común a todos, y sobrenatural, revelada o positiva, cuando Dios manifiesta verdades, establece preceptos y proporciona medios para el cumplimiento de estos" Si bien esta es una modesta diferenciación que valdría la pena profundizar, es interesante para entender que religión no es equivalente a fe, no es necesaria la fe en un acto sobrenatural. Fijate en el Antiguo Testamento, la Antigua Alianza se define como Ley, vos lo sabes mejor que yo y si me equivoco vos podrás corregirme, si bien la fe está presente y la promesa que la sostiene es la llegada del Salvador, no tiene la misma fuerza que en la Nueva Alianza, donde la salvación se sostiene en la fe en Cristo, en la resurrección de la carne y la vida eterna... "la existencia cristiana se define con la palabra CREDO, el núcleo de lo cristiano se define con la palabra FE"  (Joseph Ratzinger, Introducción al Cristianismo) A propósito de esta cuestión este autor dice algo muy interesante ahí va: "entre Dios y el hombre hay un abismo infinito... el hombre ha sido creado de modo tal que sus ojos pueden ver solamente lo que no es Dios, Dios es esencialmente invisible, el hombre es la esencia que reduce el espacio de su existencia al espacio de su ver y comprender... así el hombre busca otra forma de acceso a la realidad y a esta forma la llama fe"
Creo que podríamos pensar que la religión cristiana sitúa a Dios en el lugar de la causa, del orígen y desde ahí avanza intentando dar respuesta al enigma que pesa sobre el sentido de la existencia o el sin sentido como prefieras... el punto es que si existe la vida eterna, no sería la muerte el horizonte del hombre, es decir si hay vida después de la vida, aunque sea un misterio la forma, el hombre no muere, es inmortal, y entonces cual es la condición que lo diferencia de Dios? Como verás a esta altura de las circunstancias yo ya no entiendo nada, entonces recuerdo algo que leí hace un tiempo y que si tenes ganas podríamos revisar, es el tema de la Creación, el hombre es creado y esto lo diferencia de Dios que es eterno, para el hombre hay un origen, hay un tiempo previo que podríamos llamar no-ser, esto no se aplica a Dios que es Ser, en esta diferencia se sostiene la imperfección del hombre, su mortalidad. Quizá podríamos leer a San Agustín y el tema de la creación ex nihilo...

Bueno, te voy dejando por hoy, me gustaría agregar algunas cositas, que aunque obvias siempre están en el horizonte de nuestra búsqueda, que no es mas que la de darle sentido a aquello que no lo tiene... y para eso siempre es una buen camino suponer que existe una causa ... porque nadie discute que existe una causa ... y en realidad porque tendría que haberla? Las religiones ubican a Dios en el lugar de la causa, y a partir de allí dan sentido a lo que pueden y lo que no puede ser explicado, es por lo menos nombrado ... "los misterios". El psicoanálisis también sostiene la noción de causa, pero es una causa vaciada de sentido, esto es lo real, lo que no puede ser explicado, es nuestro "misterio". Bueno, en realidad no era esto lo que quería decirte, pero entre tanto delirio algo mas no hace diferencia... lo que estoy pensando es que hablar sobre la muerte, es hablar sobre la condición del sujeto, depende de la concepción que se tenga sobre la muerte tendremos una u otra concepción del sujeto, me parece que estaría bueno leer sobre Hegel, no se que te parece, y lo último que me gustaría agregar es algo que sabemos pero que siempre es bueno recordar, en los primeros tiempos Lacan situaba el fin de análisis como asunción de la muerte (creo que es su época hegeliana), en ese momento lo real apuntaba a la muerte, pero luego el fin de análisis tiene que ver con la asunción del sexo, a esto remite lo real, y el punto de partida para pensar la subjetividad es radicalmente diferente al de la religión.
Bueno, la verdad es que debería seguir con lo que estaba haciendo, espero no haberte aburrido demasiado. Un beso. Ceci

LA CAUSA COMO LO QUE ESTÁ EN EL ORIGEN

17 de Enero de 2005

CECI:

Pensar que a esta altura vos debes estar disfrutando de unas merecidas vacaciones y yo vengo a perturbarte con esbozos caóticos de nuestro futuro trabajo.   Estuve leyendo detenidamente tu mail anterior “Algunas ideas”.  Sé que pasó bastante tiempo, pero no tenía nada de ganas de ponerme a escribir.
             Si me preguntaras qué fue lo que más me llamó la atención de tu escrito, te diría rápidamente que fue la alusión al concepto de causa y la relación que estableciste entre religión y psicoanálisis a partir del mismo.   Me doy cuenta de que la noción de causa en mi es bastante… ¿cómo decirlo? … superficial, no logro aprehenderla muy bien. Sin embargo, estoy convencido de que puede llegar a sernos de mucha utilidad, no solo para nuestro proyecto, sino para tenerla bajo la manga en nuestra formación profesional.
           
A ver…. ¿Qué entiendo por causa?. Lo relaciono con aquello que origina algo.  La causa como lo que está en el origen. La causa (eficiente la llama Aristóteles) es el motor o el estímulo que desencadena algo.  Y acá nos estamos metiendo en el terreno de la filosofía donde pensar LA CAUSA desde una perspectiva racionalista partiendo del supuesto de que ella existe en sí misma  no nos llevaría al mismo puerto que abordarla, que sé yo, desde el empirismo.   
Digo, nos vendría bárbaro pensar a Dios como causa eficiente de todo lo que es.  DIOS como causa eficiente del SER.  El hombre como criatura/creatura.  Dividir al mundo en Creador y creado, causa y efecto.  Y Desde allí, a partir del efecto, concluir satisfactoriamente  que “Existe un Ser superior que se comprende con la sola ayuda de la razón”. 
La noción de causa, me resulta compleja, pero opino desde mi ignorancia que ha llevado a grandes pensadores a verdades racionales irrefutables que sin embargo no terminan de convencernos a pesar de haber pasado siglos o milenios. 
No nos olvidemos que nuestra cabeza está programada de alguna manera para pensar con determinadas categorías.  La causa eficiente es una de ellas.  Y no nos va a ser fácil desprendernos de ella.   La idea de Causa en psicoanálisis como bien mencionaste, si bien está vaciada de sentido, se la piensa como una causa que motoriza. 
Ayudame acá que vos tenés la teoría algo mas clara, La Causa en psicoanálisis motoriza al sujeto ¿no?  Lo que causa al Sujeto es el objeto a que causa también al deseo.   El Sujeto de deseo busca un objeto para su satisfacción.  Lo busca, digamos, en los sucesivos objetos sin llegar a encontrar nunca al objeto mítico que lo causó.   En ese sentido está motorizado por la causa.  ¿Voy bien? Te pido que me corrijas si estoy errado.   Ahora bien,  ¿No está la teoría psicoanalítica también apoyada en la noción de causa eficiente?.
Aristóteles también hablaba de otra Causa a la que llamó Causa Final (en realidad la teoría Aristotélica desarrolla cuatro causas, pero las otras no me parecieron relevantes para lo que te quiero mostrar).  La causa final vendría a ser aquello para lo cual algo es.  Tiende a un fin (“telos”), esto es para Aristóteles el bien.  La causa final como la perfección hacia donde la cosa tiende.  No estoy tan seguro de que esta última causa responda al sentido común como lo hace la causa eficiente, sin embargo, sé positivamente que ha sido ampliamente utilizada en la historia del pensamiento humano, y ha estado muy en boga en las escuelas existencialistas.

Dios sería entonces causa eficiente y causa final.  La existencia de Dios ha sido varias veces “deducida” con la sola ayuda de la razón apoyándose en la bendita idea de causa eficiente.  

SANTO TOMAS
Cito a Carpio “ Por lo que se refiere a la existencia de Dios, Santo Tomas propone cinco demostraciones o vías.  Todas ellas tienen la misma estructura, que puede esquematizarse de la siguiente manera: 1) Un punto de partida en el mundo sensible, un hecho de experiencia, “Por que una existencia no podría inducirse sino a partir de otra existencia” y porque el hombre (…) no puede comprender sino mediante abstracción de las imágenes que recibe del mundo sensible.  Ese punto de partida se lo considera como un efecto, que en cuanto tal debe tener una causa, por que la existencia del efecto requiere de la existencia de la causa (ex nihilo nihil – de la nada nada resulta), así, lo que se mueve supone un motor, todo efecto una causa eficiente.  3) Pero a la vez esa causa supone una causa primera, por que la serie de las causas no puede seguirse al infinito,  4) Ahora bien, esa causa primera es Dios, como causa del mundo sensible, y en general de todo lo creado…”
Santo Tomas habla de Dios como un primer motor que no sea movido por nada, Dios como todo en acto y nada en potencia, como ente perfecto de cuya existencia no pueden quedar dudas.
También llega a deducir la existencia de Dios a partir de la causa final, Santo Tomas observa que en la naturaleza hay orden y finalidad, que algunas cosas que carecen de conciencia o conocimiento obran por causa de un fin y pone como ejemplo a la raíz de la planta que se orienta hacia la tierra como si la buscara y sin embargo sin saber que la busca.  Dice que esto no pasa por azar o casualidad sino que ocurre siempre de la misma manera para conseguir lo que sea optimo, siendo esta su meta o fin.  Luego dirá que todo orden supone un ordenador, el orden no puede ser fruto del azar, el orden debe tener una causa final.  De ahí, concluye que hay algo inteligente que ordena las cosas naturales hacia su fin.  Y ese algo es DIOS.

DESCARTES

            Ya es de dominio popular la forma en que este Francés llegó a deducir la existencia de Dios.  Digamos rápidamente que partió de la idea de Dios diciendo algo mas o menos así.
            Encuentro en mi la idea de Dios, esa idea de Dios que yo tengo tiene que haber sido producida por algo o alguien, necesita una causa pues de la nada, nada sale.  Esa causa no pude haber sido yo, pues soy imperfecto, y lo imperfecto no puede ser causa de lo perfecto.  Es preciso que esa idea me la haya puesto alguien más perfecto que yo, o sea Dios.  Por lo tanto, Dios existe.


            Me gustaría poder en este espacio hablar de Nicolás de Cusa pero la verdad es que se me escapa a la comprensión.  Quizás mas adelante.

            Lo que sí puedo decirte es que deducir la existencia de Dios a partir de la idea de causa no me parece que garantice nada.  De hecho, dirijo mis dudas a la idea de causa misma, y con ello pretendo incluir también a la teoría psicoanalítica ya que apoya uno de sus pilares en este supuesto.  Lo que estoy diciendo es que si damos crédito y nos manejamos con la idea de que estamos causados como sujetos deseantes por un objeto sea objeto a o sea lo que la teoría de moda nos enseñe, me parece hipócrita no dar crédito a todo un sistema de creencias cristiano que utilizando las misma herramientas deduce la existencia de un ser superior, no se si salvador, pero sí un Dios ordenador que causa todo lo que es.   Teológicamente, si aceptamos la idea de causa, tenemos que aceptar un ser superior.  (Todo lo que refiere a la revelación es un capitulo aparte).

Entonces, todo psicoanalista es religioso, en tanto es creyente en la idea de causa.  De ahí, a aceptar lógicamente la existencia de un algo superior, aunque digan “Dios es inconciente” hay solo un paso.   Cualquier manifestación de ateismo se me antoja incoherente.

El problema se me presenta quizás en un punto anterior.   Cuando pretendo pensar la idea de causa, siento que no hay nada que me garantice que realmente la causa sea algo necesario en lugar de contingente.   A simple vista y con sentido común, cualquier interrogado terminaría dando por obvia la existencia de la causalidad.   Es una idea innata que despierta en la niñez.  ¿Y por que? Dice repetidamente todo niño ni bien empieza a intentar conocer el mundo.  La ciencia se apoya en la idea de causa.   Hasta me animaría a decir que es patrimonio del ser racional aceptar intuitivamente la causa como algo real. 

Bueno CECI, te voy dejando por hoy, no sin antes decirte que hay una segunda parte de la idea de causa, se viene la critica fundamentada en la teoría de Hume, así que agarrate por que se nos viene la estantería abajo y no sé si vamos a poder levantarla…

Te mando un abrazo grande, y espero que estés disfrutando de tus vacaciones.
           
LEO

                                                                                                          

 

LA CAUSA COMO CONEXIÓN CONTINGENTE


Buenos Aires, 21 de Enero de 2005


CECI:

            No sé si habrás tenido tiempo de leer el mail anterior, creo que me entusiasme demasiado con la idea de causa y no estoy muy seguro de haber trasmitido claramente lo que tenía ganas de decirte.  Quiero terminar lo que empecé y tratar de ordenar un poco mejor mis ideas.  Para eso, y al mejor estilo Bucay, voy a empezar con un cuento que me contó el profesor de filosofía de primer año de la facultad a propósito de una pregunta tonta que hice.
            ¿Conoces la historia del Pavo Inductivista?  Te la voy a contar…

            Resulta que existía en una pequeña granja en algún lugar del mundo un pavo muy inteligente y racional.  Dicho pavo, gustaba de observar la realidad y sacar conclusiones, pero como era inteligente, sabía tomarse su tiempo y concluir solo después de haber recavado la suficiente información.
            Así fue como pasó todo una temporada observando y anotando cómo el granjero salía de su casa muy temprano todas las mañanas después de asomar el sol, daba al pavo la comida y luego le prodigaba unas palmaditas en la cabeza.
            Transcurrió Enero, febrero, Marzo, siempre a la misma hora el granjero salía, daba la comida al pavo y luego sus palmaditas.
            El pavo anotaba cada día cuidadosamente la información, mas no se animaba aún a hacer sus conclusiones.
            Pasó Abril, Mayo, Junio…  Siempre lo mismo, Salía el Sol, luego el granjero con la comida y después las palmaditas.
            Agosto, Septiembre, Octubre, el clima variaba, frío, calor, el sol siempre salía y con él el granjero, la comida y las palmaditas.
            Pasó Noviembre, llegó Diciembre y por fin, luego de todo un año de observaciones, el Pavo satisfecho, decidió sacar sus conclusiones.  Todas las mañanas el Sol salía, venía el granjero, daba de comer al pavo y contento lo palmeaba.
            Esa misma mañana el pavo esperó confiado la salida del sol, efectivamente salió, luego el granjero  trajo la comida habitual…  Pero en lugar de las palmadas desenvainó su cuchillo y cortó el pescuezo del pavo.

           
            La verdad que es un cuento pavo, pero me sirve para introducir la crítica empirista de la idea de causa.  Estoy hablando de Hume.

            Hasta ahora trate de mostrarte cómo la idea de causa eficiente, es decir, pensar que existe un porqué, una causa para un efecto. Llevó a grandes pensadores a postulaciones racionalmente correctas que si bien no podían refutarse tampoco convencían demasiado.    Así fue como puse en el mismo banquillo a los teólogos cristianos y a los psicoanalistas.   A los primeros por suponer la existencia de Dios solo por el hecho de que tiene que haber una causa para la existencia del ser.   Y a los últimos por suponer la existencia de un objeto primero, a, mítico, ausencia de objeto que causa la existencia del sujeto.   Ambos,  presuponen la idea de causa y utilizan el recurso a una causa primera.  
           
           
Hume, estaba convencido de que el ser humano posee la idea de conexión necesaria (causa).  Que ante una sucesión de hechos u objetos tendemos a establecer conexiones de relaciones causales entre los mismos.  Es decir, no vemos en el mundo meras sucesiones de hechos sino que establecemos conexiones causales gracias a nuestro razonamiento.
Cuando repetidas veces observamos a un hecho seguir inmediatamente otro, lo vemos dos veces, diez, cien, mil… llegará un momento que con solo ver el primer hecho ya sabremos lo que sigue.  Al igual que el pavo inductivista habremos inferido por la fuerza del hábito el segundo hecho. 
Lo que Hume sostiene es que esa noción de conexión necesaria entre hechos, que constituye el núcleo de la idea de causalidad, no es otra cosa que el resultado del hábito.  Si cada vez que acercamos la mano al fuego sentimos calor, terminaremos creyendo que existe una conexión forzosa entre el fuego y el calor.
La causalidad como conexión necesaria, es una idea que proviene de nuestro  acostumbramiento a percibir sucesiones repetidas de hechos.  Es una suerte de inferencia inconciente totalmente subjetiva que carece de valor teórico.  Que pueda tener alcance objetivo no es más que una creencia sin duda útil, de gran importancia práctica, porque sin ella la vida humana se haría imposible, dirá Hume, pero es “una creencia” al fin, y por muy sólida que parezca, la idea de causalidad es desde un punto de vista teórico, inválida. 
No lo dice exactamente así, pero resultaría un delirio emplear la idea de causa en cuestiones metafísicas, pues no es posible comprobar sucesiones constantes y mucho menos la existencia forzosa de una causa primera.  El empleo en cuestiones metafísicas de la causalidad como concepto, es totalmente arbitrario y caprichoso, concluye Hume.
Los únicos campos de conocimiento legitimo son las matemáticas y las ciencias de la naturaleza.  Fuera de estos limites, no puede hacer el entendimiento humano otra cosa, sino perderse en falacias y engaños”  ¿Extremo no?

            Ojalá pudiera transmitirte el torbellino de ansiedad y confusión que me causa este tema.  Es una pasión en el verdadero sentido del término, despierta en mi un sentimiento muy difícil de describir, es una mezcla de impotencia, escepticismo, curiosidad, deseos de superación…  Quisiera llegar a algo y siento estar recorriendo un camino que me lleva a un laberinto al que no le dibujaron la salida.  No me interesa filosofar desde el escepticismo, destruyendo todo supuesto, quedando en una posición cínica que lo único a lo que puede aspirar es dejar al otro perplejo, sin nada de que amarrarse.  O gozar con la obstinación desesperada de quien se aferra a sus ideas aunque hayan sido ultrajadas en su coherencia.   ¿Existe la perversión filosófica?  Te juro que siento un poco de angustia…   Supongo que no es mi caso.

            Como salir de este enredo en el que me metí…   La critica de la causalidad de Hume me parece intachable, causa y efecto no están dados en el mundo como algo necesario, sino contingente, bien podría pasarnos lo que al pavo y aquello de lo que estamos tan seguros simplemente cambiar… 
            …Que todo lo que es, es por algo…  que obvio que parece ¿no? 

            Al final del capitulo de Carpio dedicado a Hume, hay un apartado llamado “Balance de la filosofía de Hume.  Escepticismo y naturalismo”.  La verdad que si tuviera un escáner, lo citaría completo, es una sola carilla y nos brinda una visión interesante que nos ayudaría a continuar.

“La filosofía de Hume, por lo que hemos visto, termina por disolver todo conocimiento y toda realidad en meras impresiones: no hay ni cosas, ni alma, ni conexiones necesarias o, al menos, no tenemos ninguna seguridad de que las haya.  Sin embargo, esto no significa ir a parar al escepticismo absoluto o pirrónico, que para Hume no sería más que una diversión del pensar ocioso, porque
aunque un pirrónico pueda arrojarse a sí mismo o arrojar a otros a un estado de momentánea confusión y de sorpresa por sus profundos razonamientos, el primero y más trivial suceso de la vida pondrá en fuga todas sus dudas y escrúpulos y lo dejará al mismo nivel, en todo punto de acción y especulación, que los filósofos de cualquier otra secta (…) 
El escepticismo absoluto llevaría a eliminar toda acción y todo pensamiento.  Pero en verdad tal escepticismo es imposible; la naturaleza, el instinto lo superan de hecho (…) las especulaciones siempre serán vencidas por la vida…”
“ …A cada momento de la vida diaria razonamos suponiendo cosas y nexos causales y no podríamos subsistir de ningún modo sin emplear esta clase de argumento.  La praxis refuta al escepticismo:  La acción, el trabajo y las ocupaciones de la vida diaria son los grandes destructores del pirronismo”
“ La creencia en un mundo de cosas conectadas causalmente es una creencia inconmovible que nos ha infundido la naturaleza, la cual por una necesidad absoluta e incontrolable nos ha determinado a juzgar tanto como a respirar y sentir…” (Carpio, Principios de Filosofía 2da Edición 1995  Ed. Glauco)


            Bueno CECI, sé que me extendí un poco con el tema de la CAUSA, pero la verdad es que tenía ganas de hacerlo.  No sé bien de que nos va a servir para nuestro libro (no te sonrías que ya estamos empezando) quizás podamos construir algún personaje escéptico valiéndonos de algo de esto.  Veremos.   Te mando un beso grande, espero ansioso tu mail y aprovecho para despedirme hasta mi regreso.   ¡Ahora me voy YO de vacaciones!

LEO

TODO POR LA CAUSA
Mayo de 2005

LEO: 

Estuve pensando bastante en las cartas que mandaste, la verdad es que creo que las cosas tomaron un giro inesperado pero interesante. La noción de causa genera en mí muchas preguntas y ni una sola respuesta. En principio me gustaría acordar con vos en esto de la importancia que tiene esta idea en nuestra formación profesional y por que no agregar en nuestra práctica cotidiana.
A propósito de esto último se me ocurrió pensar en el cuento del pavo inductivista. Imaginemos una continuación del cuento: "debido a vaya saber que contingencia nuestro amigo logra escapar del hacha asesina del granjero, salvando el pescuezo en veloz huida. En el transcurso de la intempestiva corrida otra casualidad, podría ser una piedra en el camino, lo lleva a caer (como quien no quiere la cosa) en el diván de un psicoanalista. Ya allí y con cara de pavor el señor pavo cuenta (tal cual vos me lo contaste a mí),  lo sucedido: que todos los días salía el sol, aparecía el granjero, le daba de comer y muy contento le daba unas palmaditas, cuenta que ante esta conducta del granjero el se limitaba a anotar día tras día lo que en apariencia era siempre la misma sucesión de hechos, hasta que un día pasó lo que contamos y bueno, dice el pavo... "acá estoy". El analista le pregunta si sabe cómo o porqué llegó a esta situación (le pregunta por su posición en relación a lo que cuenta), pero el pavo que es un inductivista hecho y derecho, no dice nada al respecto, porque hacerlo sería sacar alguna conclusión y por supuesto para ello hace falta recurrir a la noción de causa.
¿Qué hace un analista con el pavo inductivista? ¿No es la posición de nuestro amigo el pavo lo más cercano al "alma bella"? ¿No te parece que Pavo tiene la cara muy parecida a Neo antes del momento en que comienza a preguntarse que será la Matrix?.
El analista va a pedirle a Pavo que le cuente todo, pero también le va a exigir que suponga que lo que le pasa es por algo, que tiene una causa, esto es el principio, sin esto no hay Pavo analizante, sin esta idea de que lo que le pasa es por algo en primer lugar, y que ese algo tiene que ver con él (la famosa implicación) no hay nada analizable en lo que cuenta Pavo.
Creo que cuando hablamos de psicoanálisis la noción de causa es más que una disquisición puramente teórica, es un concepto que tiene un uso, que es operativo podríamos decir, es más ¿cómo pensar intervenciones sin suponer que estas causaran algún efecto?. Freud partió del síntoma y llegó a la causa, podríamos decir, psicológica, del mismo. La causa no es para él un motivo cualquiera, dice que se trata de una causa específica de naturaleza sexual, pero lo más interesante es que es una causa que si bien es imposible de aprehender directamente, no deja de ser actual. El trabajo del análisis hace un recorrido que va de las consecuencias a la causa, lo que lo incita no es la mera curiosidad intelectual, o la idea de recuperar piezas de recuerdos perdidos u olvidados a la manera del arqueólogo que a veces le gustaba encarnar a Freud. La causa no es algo mítico, algo que esta en el origen, la causa es actual y no deja de producir efectos, por ello el tiempo en que transcurre el análisis no es cronológico, la actualidad de la causa es lo que funda el tiempo retroactivo.

Bueno, como verás en principio simpatizo bastante con la idea de causa, aunque a partir de este punto solo se abre ante mi un horizonte lleno de preguntas por el que espero, no transitar en soledad... En realidad vienen a mi mente algunas ideas psicoanalíticas...Me gustaría retomar algo que vos traías en la primer carta sobre la causa en psicoanálisis, sobre la causa como motor, el objeto a como causa de deseo y causa del sujeto.
 Lo primero que vale la pena aclarar es que no es el objeto lo que causa el deseo, lo que causa el deseo es la pérdida del objeto, es un vacío lo que motoriza, pero no hay que olvidar que esta pérdida es pérdida de un objeto que nunca existió, no hay ni hubo un objeto que completa al sujeto. Podríamos decir que en el principio era la Nada (sería el no-ser), no hay sujeto, no hay objeto, solo hay el organismo (que es puro Ser lo que en este punto es lo mismo que la Nada). Sobre este cae una primer marca, que es por un lado una expulsión de esa nada de nada (que sería lo real como imposible lógico) y por otro lado una afirmación que sería huella de la nada. Esta marca sería algo así como una marca del no-ser que irrumpe en la consistencia del organismo que podríamos ubicar como el ser. Ese organismo que teníamos es ahora algo distinto, es un ser que porta algo del no-ser, digamos que hay ahí una falta en ser, que tiene lugar por medio de una marca que es marca de la nada, pero esta marca inaugura un nuevo tipo de ser es un ser abierto a algo que antes era un imposible, cuando era todo Ser la Nada no lo alcanzaba, pero ahora lleva ¿en su interior? la marca de la nada. Ya no es como antes un Ser en lo real, ahora es un ser que por efecto de la marca porta un agujero, un segundo movimiento hará de este ser un sujeto, en este segundo tiempo se producirá la separación del objeto a que es este real al cual el ser había accedido (único real al que el sujeto tiene acceso). Este objeto a que es un vacio será lo que el sujeto buscará en el campo del Otro, lo que inaugura el movimiento deseante.
Voy a dejar de lado algunas cosas que podríamos agregar sobre la constitución del sujeto dividido porque creo que me estoy yendo de tema, en realidad lo que quería decir es algo sobre la idea de causa eficiente y su uso para el psicoanálisis. El punto es el siguiente: si entendí bien la idea de causa eficiente ubica a Dios como causa de lo que Es, tenemos un Ser que es causa de otro Ser, que por otra parte surge de una nada. Dios sería causa eficiente de lo que no-era y ahora es, pero el Dios, no tiene causa, es la causa, está en el orígen, Dios como causa consiste, Es. El sujeto cristiano también porta una falta, pero a lo largo del recorrido de su vida si logra encontrar a Dios se unirá con el en la vida eterna y logrará la unidad, volverá a Ser lo que era antes de perder a Dios por el pecado.
Bueno, para el sujeto psicoanalítico no hay semejante recompensa, el sujeto dividido no Es ni va a Ser nunca, porque no hay un significante que lo nombre (siempre está entre dos significantes) y porque no hay objeto que lo complete, el objeto a, objeto perdido, es un vacío, no es un objeto que complementaría al sujeto que a partir de allí consistiría. La causa eficiente presupone un origen, una consistencia que da origen, la causa final suma a esto la idea de la tendencia hacia un fin, casi como si dijéramos que lo que parte del Ser tiende a volver al Ser, aparece en el lugar de la causa la idea del bien supremo. Sobre esta noción del bien supremo dice Lacan en el seminario VIII, que se proyecta sobre lo que el llama el vacío impenetrable, este vacío se articula con la noción de causa.
La verdad es que en este punto, a mi gusto las cosas estás bastante complicadas. Si ahora escribo que para Lacan en el lugar de la causa hay un vacio, creo que estoy incurriendo en una tautología más que grosera, que quizás serviría para calmar angustias varias... bueno, la verdad es que en este momento lo único que se me ocurre son este  tipo de frases...
Por eso voy a tratar de pensar en otra cuestión, lo que tengo en mente es la experiencia vivida por nuestro amigo, ¿te acordás de Pavo, no?. Bueno, pensaba en lo que le paso, ¿por qué no llegó a ninguna conclusión? ¿qué hizo con la información que fue registrando? Podríamos pensar que nuestro amigo no llegó a la edad del Pavo, como sabemos esta es la época en que según Piaget, aparece el pensamiento formal. Es evidente que Pavo esta todavía en el período operatorio concreto!!! Por qué?
Si Pavo hubiese tenido la posibilidad de elaborar este tipo de razonamientos proposicionales, podría haber organizado la información disponible con sus esquemas de pensamiento previos (por ejemplo: si consideramos que Pavo no es el único habitante de la granja, podemos suponer que en algún momento otro pavo, pollo, cerdo, etc. fue engordado y sacrificado en una sucesión de hechos semejante a la vivida por nuestro amigo), y mediante comparaciones, discernimiento de regularidades, abstracción de reglas, y que se yo cuantas operaciones, podría haber sacado alguna conclusión.
El tema Leo es que la posición empirista llevada al extremo implica la imposibilidad de lograr algún conocimiento científico. La ciencia se funda sobre dos principios (bastante contradictorios): la comprobabilidad y la universalidad de los conocimientos alcanzados. ¿Si lo que digo debe ser comprobado, cómo extraer conocimientos universales? Se entiende ¿no? Si el conocimiento que tengo sobre un objeto debe ser comprobado, como extrapolar esa información a los objetos de la misma clase, sin tener que realizar la experiencia de comprobación en todos y cada uno de ellos. Ahora bien, lo que esta cuestión trae a la luz es la cuestión de la verdad, la ciencia necesita establecer la validez de los conocimientos, hay una relación entre el saber y la verdad, entre los conocimientos y su validez. Esto es un punto problemático ¿cómo establecer la validez de los conocimientos?

Descartes al probar la existencia de Dios, logra demostrar la validez de las ideas innatas que son para él la única posibilidad de conocer del ser humano. Esto es por supuesto mucho más complejo, yo lo resumo con escandalosa impunidad!!!
Para los empiristas el criterio de verdad es la experiencia personal, las sensaciones, las observaciones, esto es lo que el sujeto puede conocer, para ellos la noción de causa no es comprobable, porque no es observable, así como tampoco tiene sentido comparar o relacionar... en realidad el escepticismo lleva a negar la posibilidad de existencia del conocimiento científico...

Y en este punto viene en nuestra ayuda Kant, este filósofo critica la posición de Hume. Parte de algo muy esencial: como negar la posibilidad de existencia de algo que efectivamente existe, la Ciencia existe, entonces lo que hay que pensar es cuales son las condiciones de posibilidad bajo las cuales ella existe.
Voy a resumirte algunas de sus ideas. Kant postula la noción de Sujeto trascendental, quien es la condición de posibilidad de la ciencia. Para este autor el sujeto porta las categorías que le permiten organizar la experiencia. El conocimiento tendría dos componentes el empírico y el legaliforme. La experiencia es organizada mediante categorías que no son conocimientos de las cosas en sí mismas, son reglas que organizan la experiencia. El sitúa las formas puras de la sensibilidad (espacio y tiempo) y las categorías puras del intelecto (cantidad, cualidad, relación, modalidad). A su vez dentro de lo que el denomina relación encontramos la noción de causa- efecto.
 ¿Por qué es importante esto? En realidad lo que hace Kant es decirnos que la causa no es un fenómeno en sí mismo, sino que es una condición de posibilidad del conocimiento de los fenómenos. Es decir, la causa no se puede ubicar como un conocimiento inherente a los objetos que estamos estudiando (al modo en que lo hace el empirismo) no es un dato inherente al noúmeno (la cosa en si). Pero tampoco tiene un contenido a la manera de Descartes, "la causa es Dios" o lo que es lo mismo "Todo tiene una causa (Dios)" . Los que dice Kant es que la causa es una de las reglas que sirven al sujeto para determinar el fenómeno (lo que es en tanto se nos manifiesta).
Entonces, la causa no es un fenómeno, es una condición de posibilidad de conocimiento de los fenómenos, pero tampoco hay un conocimiento a priori, no se puede decir "Todo tiene una causa (Dios)" lo que se podría afirmar es "Dado un fenómeno, búsquele una causa".
Bueno Leo, la verdad es que esto sigue con una argumentación muy linda sobre la universalidad del sujeto trascendental, lo que sirve para establecer un criterio de verdad, diferente a los del apriorismo y del empirismo, en la que no me voy a extender. Creo que sería interesante empezar a pensar en la idea de la religión en relación a la verdad, creo que conformarnos con decir que  la verdad es revelada es una tacañería!! Y bueno, ya que estamos podríamos pensar algo de la verdad en el psicoanálisis, eso si va a estar bueno, porque Lacan decía algo así como que la verdad esta separada del saber.

Hasta llegó por hoy mi deseo de hacer por la causa, sabrás perdonar el desorden y la confusión de lo escrito, que no son sino un fiel reflejo de cómo es el discurrir de mis pensamientos sobre el tema. Te mando un beso y espero tu respuesta.


                                                                                Ceci

 

LO QUE CAUSÓ ESTOS ESCRITOS



Febrero de 2006



CECI,

            !Cuánto tiempo sin escribirte!, cuantos intentos interrumpidos de contestar a esa ultima carta.  No sé si fue el tema de la causa que sobrepaso niveles de complejidad para los que no me sentía preparado o si la idea de utilizar estas cartas y presentarlas en forma de trabajo me acobardó o restó algo en mi deseo de continuar escribiendo sobre el tema.

            Lo cierto es que si vamos a presentar algo de todo esto, ya no estoy seguro de que sea en este formato de “interlocutores epistolares”.  Tal vez, pasemos ambos a escribir para un tercero que se hará presente en la certeza de que en algún momento leerá aquello que ayer solo escribí para vos.   Triangularidad intelectual que me inquieta sin saber por qué ¿Tenemos ahora que inclinarnos a hacer mas psicoanalíticas nuestras disquisiciones?  ¿Vamos a presentar todo lo que ya escribimos? ¿Esto también?   Por que no….   Acepto el desafío.

            Lo que no me resigno a perder es aquello que causó estas cartas, lo que estaba en el horizonte era la idea de escribir en forma literaria una obra       que tocara el tema de la religión y la muerte desde la perspectiva de diferentes personajes ¿Te acordás?   Lo que surgió fue un intercambio de ideas mas que interesantes del que solo nosotros y las paredes de esa pequeña cocina del servicio  fuimos testigo.     Quizás fue el valor que le dimos a aquellas charlas lo que nos llevo a intentar plasmar lo siguiente por escrito.  Ahora bien, ¿Cómo seguimos?   ¿Seguirá siendo aquel horizonte el que oriente nuestras próximas cartas? ¿o profundizaremos solo un tema a fin de presentar todo esto como un trabajo?
Leo


EPILOGO

Finalmente no continuamos nuestros intercambios de mails sobre el tema, seguimos hablando, filosofando y delirando en los ratos libres, entre paciente y paciente pero sin registro de nuestras ideas y sin poder concretar la idea de un trabajo común.
Agradezco a la Lic. Cecilia Basimiani por su autorización para publicar estos mails en mi Blog!   Abrazo grande Ceci!! 


lunes, 13 de febrero de 2017

ANGUSTIA EXISTENCIAL

ANGUSTIA EXISTENCIAL
La pobreza del alma


Crecí con preocupaciones diversas; miedos, prejuicios, problemas… Temas que se imponían delante de mis ocupaciones y me hacían perder la mira, el objetivo trazado.  Muchas veces el objetivo siquiera llegaba a esbozarlo.  Ponía como objetivo resolver los problemas que se me presentaban y así luchaba hasta el infinito contra cuestiones que se repetían eternamente.

¡Claro!, el problema no era mío, siempre estaba afuera y terminaba por invadirme.  Cualquiera que escuchaba mis razones y conocía aquello que me pasaba terminaba por darme la razón.  “Pobrecito, decían algunos, ¡Todo lo que le pasa!.”

Otros, los más audaces, me decían “No te hagas drama, ¡hacé la tuya!”.  ¡Qué fácil era para ellos decirlo!, si ellos no tenían que vivir lo que yo vivía!  ¿Y el problema qué? ¿Lo olvido? Me preguntaba…  Por supuesto que la respuesta inmediata era abocarme de lleno al problema.

Un día, una de esas personas que dedican su vida a escuchar problemas y jamás te los resuelven me dijo: “Lo que pasa es que a Ud. Le gustan los problemas”  ¡Cómo me enojé! ¿Qué sabía ese infeliz de mi sufrimiento?  Tantas sesiones escuchándome en silencio y justo cuando pensé que me comprendía, justo cuando empezaba a confiar en él, abre la boca y dice tamaña estupidez. ¿cómo me iban a gustar los problemas?

Suspendí la terapia de inmediato como era de esperar.  Nunca me había ofendido tanto…. O tal vez sí… bueno, pero no viene al caso.

Me encontraba de pronto sin terapia, nadando en un mar de dilemas, opiniones encontradas, callejones sin salida, sin nadie con quien desahogarme…  En realidad nadie no, en esa época solía desgastar cualquier oreja que se disponía a escucharme.

Pero no había caso, yo hablaba y hablaba y el problema no se solucionaba.  Nunca supe qué impresión causaba, una mezcla de lastima, compasión y paciencia seguramente.  Tal vez con algunos identificación.  No faltaban los que, aprovechando la ocasión, contaban sus penas como si estuviéramos compitiendo por el puesto de mejor infeliz.

Mis días transcurrían insípidos, cómo río que no conduce a sitio alguno.  Nada bueno acontecía en mi vida.  Pero lo peor, lo que sólo después pude darme cuenta, es que tampoco acontecía nada malo.  Ahí estaba la punta del ovillo.  EN MI VIDA NADA PASABA.  Y esa nada me consumía, me traspasaba, se infiltraba en lo más profundo de mi ser y me hacía en vano cubrirla de cosas, aunque sean problemas.

Ponerle nombre a esa angustia que la nada provocaba en mi me calmaba, prefería mil veces luchar contra un problema inventado que verle la cara a la nada.





Hacerme mala sangre, intentar resolver un problema imposible, postergar respuestas de preguntas autoformuladas, renovar problemas cuando el tiempo los desgastaba y dejaba desnuda mi maldita existencia, eran formas de no ver la nada.

Sin problemas yo era nada, ni siquiera un ser inmundo.  Pues los seres inmundos al menos son.  Yo en cambio era nada.  Y ser nada se me presentaba como contradicción.  ¿Cómo podía ser y al mismo tiempo no ser?  ¿Ser nada era no ser?.  Pensar la nada se me tornaba imposible…  Sin embargo, sentirla en lo más profundo de mi existencia era más que posible.

Sólo hacia falta correr un poco el problema de turno para volver a sentir la nada.  Ser y tener la nada en mi interior se me antojaba lo mismo.  Nunca hubo diferencias para mi.   Si las hubo, en cambio, a la hora de sentir o pensar la nada. ¡Eso sí que era distinto!  Sentir la nada me enloquecía.  Dejar mi existencia desnuda, sin problemas que me vistan me angustiaba.  ¡Al final no estaba tan errado el terapeuta ese!  Los problemas me gustaban.  Me cubrían, ¿me protegían?

Entre la nada y el problema ya no dudaba a la hora de elegir… y sin embargo, la nada subyacía a cualquier problema.  Siempre estaba en el fondo cual piedra angular de mi ser.  El edificio de mi existencia había sido construido sobre la nada, y la nada no perdonaba que la aplaste con todo mi ser.  Se presentificaba a cada momento.  En el recuerdo del rostro de mis fallecidos, en mis crisis de Fe religiosa, en mis chistes, mis proyectos, en mi espejo.  No hay nada mas angustiante que un espejo,  sobre todo cuando se aprende a traspasar con la mirada lo absurdo de la imagen para encontrarse cara a cara con el reflejo de la nada.

¿Cómo vivir con la nada anidando dentro mío? ¿Cómo se hace para soportar y aceptar que la nada nos predece y nos espera al final del camino?  ¿Cómo aceptar DIOS MIO que la nada nos envuelva con su presencia en lo más íntimo del ser?  ¿Cómo negar su existencia si siento la nada como un agujero en lo más profundo de mi alma?.

¿Cómo? DIOS TE LO RUEGO ¿Cómo se hace? ¿Es la Fe un don cómo dicen algunos?  Tu sola existencia bastaría para negar esa nada.   Prefiero mil veces mil al diablo que a la nada….

No es ya SER NADA lo que me angustia, sino que TODO sea nada.  Ahí está el asunto.

Veo el mundo en todo su esplendor, su inmensidad y majestuosidad, las diversas formas del ser que pueblan el universo y sin embargo….  Alcanza con una mirada para ver también la nada detrás sonriéndome y giñándome un ojo, recordándome que ese mundo no es más que la ilusión de un instante.  Un triste segundo en la atemporalidad del universo, un tiempo contradictorio, un esfuerzo del ser por arrebatarle su miserable existencia a la nada.






En la escala del ser, me tocó ser humano, sexo masculino y Argentino.  La esperanza de vida hoy para los de mi raza apenas supera los 70 años y sin embargo siempre pretendí vivir 100 años.   Eso no lo decido yo, lo que sí puedo decidir es cuándo partir, tengo en mis manos la posibilidad de la muerte aunque siempre ella pueda ganarme de mano. ¿Para qué querría morir si mi lucha es contra la nada?

Tal vez la nada sea solo una palabra ¿Y si lo que promete la religión fuera cierto? ¿Y si un paraíso nos espera?  Hay DIOS mío que alegría sería vivir eternamente aunque más no sea en el infierno condenado a sufrir.  Superar así la nada ¡Qué lindo sería!  Morir para seguir viviendo ¿Qué importa cómo?  Vivir sabiendo que TODO es eterno sin que la nada se interponga.

Quizás sea esta la defensa más eficaz que tengo por el momento contra la nada, dudar de ella me alivia, me fortifica, me ayuda a respirar.

Jamás logré entender a quienes dicen creer en la nada y estar tranquilos ¿Cómo pueden vivir así? ¿Será que no tomaron conciencia realmente? ¿La habrán sentido anidando en su ser?   Se me antojan Hipócritas todos ellos, se mienten a sí mismo para no sentir.

Aunque la nada sea real, aunque el ser no sea más que un instante.  ESTE ES MI INSTANTE.  HOY SOY. HOY SOMOS y no somos cualquier cosa.  Somos la conciencia del mundo, somos la última evolución conocida en la escala del ser.  Pretendemos gobernar todo lo que es, nos creemos con ese derecho (tal vez lo tengamos) Y sin embargo, nos está costando demasiado.  La inmensidad del ser se escapa a nuestra diminuta conciencia.   Somos la conciencia del mundo ¡SI!, pero somos una conciencia dividida en millones para un mundo inconciente…


Es muy tarde ya…  Me siento mejor… aunque tengo la vista algo cansada.  ¿Esto es un cuento?  Quién sabe…. No lo creo,  en fin, ¡lo escrito, escrito está!  ¡BUENAS NOCHES!

domingo, 5 de febrero de 2017

Memorias de hospital

MEMORIAS DE HOSPITAL

INTRODUCCION:

Buscando entre mis viejos escritos no publicados, encontré apuntes, casos y reflexiones sobre mi formación en el hospital.   Allí realicé prácticas en varios sectores mientras cursaba la concurrencia en clínica de adultos…   Estos casos, surgieron de mi paso por la guardia.






TRES CASOS DE GUARDIA Y UN INTENTO DE TEORIZAR SOBRE EL TEMA

EL JOVEN HISTERICO
Recuerdo particularmente el caso de un joven de 17 años quien entró retorciéndose de dolor en la zona abdominal.  Los médicos, luego de descartar cuestiones orgánicas, buscaron a la psicóloga diciendo: “Ahí tenés un histérico para atender”  (es llamativo el disgusto que generalmente muestran los médicos ante los casos de histeria)

Cuando entramos al consultorio, el muchacho estaba sentado en una camilla, una mano sobre su abdomen inclinándose incesantemente una y otra vez como si buscara una posición que pudiera calmarlo.  Su rostro dejaba traslucir un intenso sufrimiento.  Su padre y hermanos lo observaban… (¿Incrédulos? Quizás haya sido una impresión mía)
Luego de presentarnos y pedir a la familia conversar a solas con el paciente, comenzamos por preguntar acerca de lo que lo traía.  El dolor pasó a ser el tema central, señalaba la zona abdominal pero también el pecho.  Cada vez que hablaba, se movía repetidas veces inclinándose hacia delante.  Se le preguntó también si le había sucedido anteriormente algo similar.  Recordó que hacía nueve meses había tenido un ataque que casi lo operan de apendicitis, pero finalmente se le fueron los dolores… ¿Cómo?  Se quedó dormido y cuando despertó ya estaba bien.

La siguiente pregunta tenía que ver con los acontecimientos en su vida que le  provocaron dolor anteriores al primer ataque.  No recordaba ninguno, salvo que  sus padres se divorciaron nueve meses antes.    Se siguió preguntando en aquella dirección y el paciente casi mágicamente pareció olvidarse de sus dolores y comenzó a relatar que su padre estaba muy solo, que no le estaba yendo bien con el negocio desde que su madre se fue, que él debía trabajar con él ayudándolo.   También contó sus temores de no vender lo suficiente y que no haya dinero en su casa, que le gustaría estudiar pero no quiere  dejar solo a su padre con el negocio…
Cuando dejó de hablar, automáticamente volvió a tomarse el abdomen y retomó la posición de intenso dolor.
Se le sugirió que lo que le pasa, a lo mejor tendría que ver con esto que acaba de contar.  (No sabría describir la cara de sorpresa que puso el paciente) ¿Qué…  con esto?  -dijo sonriendo y señalándose el abdomen.
Si- respondió la psicóloga- todas esas presiones que estás sintiendo las expresas en el cuerpo.  Los médicos ya te revisaron y te comentaron que no tenés nada.  Pero sin embargo tenés un dolor.  A lo mejor estás llevando una carga muy pesada para tu edad ¿No te parece?
El paciente se conmovió, titubeó un poco y comenzó a decir que preferiría trabajar en otro lado, pero no se animaba a decírselo a su padre.  No quería que su padre sufriera otro disgusto pues su hermano, quien antes trabajaba en el negocio, también se había ido…  
Si bien no se trata aquí de un comienzo de análisis, bien podemos localizar un momento en el que el muchacho nos acerca su queja: El dolor abdominal.  Un síntoma que a la medicina le hacía un poco de ruido. Los médicos lo examinaron, lo estudiaron y terminaron por decirle que no tenía nada.
  La tarea del analista consistió en volver a escuchar las quejas que traía el paciente, para luego poder darles un encuadre diferente.  ¿Qué sucede en tu vida para cargar con semejante dolor?.  El analista no sabe qué la pasa  al paciente, pero supone que detrás del síntoma ha de haber algo.  Será el paciente quien invitado a hablar de sí, aceptará la oferta y desplegará toda una serie de preocupaciones y presiones familiares que terminarán por aliviarlo (al menos ya no necesitará momentáneamente su síntoma para expresarse)
Si se tratara de un comienzo de análisis, sería ésta invitación a hablar la que daría lugar al Sujeto supuesto saber…
La presencia del analista, su oferta, su escucha es lo que posibilita que allí donde un paciente habla, pueda surgir un sujeto.

QUE ALGUIEN SE HAGA CARGO!
            El paciente en cuestión es Leonardo, un joven de 23 años que llegó a la guardia “dado vuelta” según palabras de uno de los médicos.  Se presentó en la guardia del hospital por motus propio, diciendo que había consumido drogas, que no se sentía bien y que necesitaba hablar con “alguien que se haga cargo”.   El médico de guardia que lo atendió realizó las intervenciones pertinentes en casos de intoxicación y evaluó conveniente hacer una interconsulta con los psicólogos de guardia.  
Al momento de ver al paciente se encontraba sentado en una silla acompañado por un suero.  Su mirada daba la impresión de un estado de alerta máxima y suma desconfianza.  Sus ojos bien abiertos se posaron en nosotros al instante de aparecer en escena.  Una breve presentación bastó para que el paciente comenzara a dar sus datos como si se tratara de un informe (Nombre, apellido, edad, las sustancias con las que se había drogado…)  Manifestó además que se encontraba solo, que sus padres se habían cansado hace tiempo y lo echaron de la casa.  Había estado viviendo desde entonces con un amigo que “lo estaba ayudando a salir de este infierno”(…)  “Pero me mande una macana y no me bancó más” (…) “Necesito que se hagan cargo de mí” (…) “quiero que me internen”   
Luego de que el amigo lo echó, estuvo caminando durante horas (tratando de que se le pase un poco el efecto de las drogas), hasta que decidió recurrir al hospital.    Su pedido no era simplemente que lo ayuden en ese momento, que lo desintoxiquen y lo devuelvan a la calle sino QUE ALGUIEN SE HAGA CARGO DE ÉL.  Que  un Otro responda allí donde él ya no puede…
La guardia de un hospital, es la puerta 24 horas al día abierta del sistema de salud.  Es el punto de encuentro entre la demanda imperiosa de pacientes que llegan muchos de ellos en estado de urgencia y la respuesta que el médico puede dar.  Algo es seguro, alguna respuesta hay que dar,   aunque más no sea la de una dimensión temporal.
    Ahora bien, la guardia sola no puede “hacerse cargo de todo”.  Puede y debe intervenir en la urgencia sí, pero tiene una función de recepción y distribución que no es menos importante.
Resulta llamativo ver cómo este paciente Leonardo, pide a gritos que alguien se haga cargo de él.  Sus padres lo expulsaron… Lo mismo sucedió con su amigo.  Será el sistema de salud quien deberá actuar para que el muchacho no quede en la marginalidad.
            Quizás sea anecdótico pero vale relatar que cuando se intentó la derivación con el centro de internación pertinente, la respuesta desde allí fue que “lo mandemos desintoxicado” al otro día y por la mañana que es el momento en que se hacen las admisiones.



EL MARGINAL
El otro caso que vamos a comentar es el de un hombre de unos 40 años (aparentaba 60) sumamente alcoholizado que vino a consultorios externos a pedir por “alguien que lo ayude”.  Se lo hizo pasar, se veía desesperado y nervioso.  Dijo que había estado en guardia, que lo habían tratado mal, que lo pincharon con “una jeringa así” (gesto con ambas manos indicando un tamaño exagerado para una jeringa)  La intervención fue “Ud. Está muy angustiado”.  Sus ojos se llenaron de lagrimas y comenzó a relatar su vida.    Desde pequeño vivió en la calle, fue “rescatado” por una mujer quien “lo hizo hombre” (en todo sentido)  Le dio ropa, casa, amor…  Actualmente “trabaja” en la puerta de la iglesia (como mendigo) y vive con la mujer que menciona.   El problema, según refiere el paciente, es que la hija de esta mujer lo provoca continuamente. “Y yo no doy más…” (dice al tiempo que llora).  “No puedo vivir así… yo a la Chochi (su mujer) la amo” “…pensé en tirarme debajo de un tren pero Dios me iluminó y vine al hospital… necesito que me ayuden”.
            De nuevo en la guardia, lo que pedía el paciente era que lo internen.  La psicóloga que estaba de guardia en ese momento,  decía que no era posible internar a todo “borracho que cae en  la guardia” “¿Por qué te fue a ver a vos? Si yo ya lo despaché!”
            En este caso, que el sistema de salud se hiciera cargo de la demanda de “un borracho” no fue fácil.  En un primer momento se lo escuchó, se le administró algún medicamento que necesitaría y se le dio información por escrito de lugares a los que podía asistir (un hogar, alcohólicos anónimos y el hospital Alvear)  Al paciente sin embargo no le bastó.  Quería que alguien se haga cargo de él….   Fue por el lado de la amenaza de suicidio que  mencionó el paciente por donde la guardia (a través de esta psicóloga) se hizo cargo del paciente (al menos por un tiempo más, pues lamentablemente  no nos enteramos qué sucedió después)

 Quizás el ideal de  institución es aquel que responde desde un modelo de inclusión que “se hace cargo” del paciente.  La realidad es que, en la práctica, no resulta posible dar respuesta a todos.  Y no es que no existan instituciones para tal fin.  Está por ejemplo el programa “Buenos aires Presente” que brinda un refugio, baño y comida a las personas sin hogar.  (Lastima que no haya lugar suficiente para todos los indigentes), Existen también orfanatos, centros de internación en adicciones, hogares de ancianos…
            Sin embargo, nunca en proporciones adecuadas a la demanda existente.  La calle está repleta de personas en situación de marginalidad y no se trata de que la política social no apunte a un modelo de inclusión.  El modelo es de inclusión, pero en la praxis es un modelo fallido.
Lo que necesitamos, dirán algunos, es un gobierno fuerte, un Otro completo que sepa responder a nuestras demandas, que se haga cargo de los marginales, que los excluya o los devuelva sanos al sistema si así lo desea, pero que haga algo…
            Lamentablemente (o por suerte), ese Otro completo es un imposible.  Ya Freud advertía sobre éstas utopías culturales en 1930.  “Cuando, con razón, objetamos el estado actual de nuestra cultura lo poco que satisface nuestras demandas de un régimen de vida que propicie la dicha; cuando, mediante una critica despiadada, nos empeñamos en descubrir las raíces de su imperfección, ejercemos nuestro legítimo derecho y no por ello nos mostramos enemigos de la cultura.  Nos es lícito esperar que poco a poco le introduciremos variantes  que satisfagan mejor nuestras necesidades y tomen en cuenta aquella crítica.  Pero acaso llegaremos a familiarizarnos con la idea  de que hay dificultades inherentes a la esencia de la cultura y que ningún ensayo de reforma podrá salvar…”3
            Sabemos entonces que la completud es estructuralmente imposible para el sujeto y sus instituciones.  Sin embargo, esto no alcanza para justificar que en nuestro sistema social, y más específicamente en nuestro sistema de salud no podamos dar una adecuada respuesta a la población…





  1. Freud, S.  El malestar en la cultura. Cap V Pág. 103.  Obras Completas. Tomo XXI.  Amorrortu Editores. 1930.






CONCLUSIÓN

            La guardia del hospital, es la trinchera desde donde los profesionales de la salud intentan suplir un sistema repleto de carencias y dar algún tipo de respuesta.  Evidentemente, hoy por hoy, no alcanza con la buena o mala voluntad de los recursos humanos.  Resulta necesaria una respuesta colectiva además de una acción clara por parte del poder acerca de qué es lo que se quiere lograr con las instituciones.
            La demanda común del paciente que cae en guardia es “háganse cargo de mí” “Ayúdenme” “sánenme”, la respuesta por parte de la institución sería algo así como “vamos a hacer todo lo posible”.  Lamentablemente lo que se puede hoy en día no satisface.
            Tal vez, colmar el deseo del Otro sea un imposible.  Sabemos que de ser posible no resultaría, quizás, la mejor opción (sino, los invito a leer “Un Mundo Feliz de Huxley” y verán allí el relato de un mundo donde el Gran Otro organiza y garantiza la felicidad humana haciéndose cargo eficazmente de todo y de todos) 
               Ojo, que el malestar en la cultura sea estructural e inherente a la misma, no significa que no debamos hacer nada para mejorar, no significa que nada pueda hacerse.  Ni justifica de ninguna manera la situación actual del sistema de salud.

Para finalizar,  no quisiera que este trabajo sea visto como una crítica a la guardia, al contrario.  No es poco que exista un lugar donde se dé respuesta a las urgencias de la población.  Decimos simplemente que resulta muy difícil trabajar en guardia, cuando la red de salud en su conjunto encierra tantas carencias…

Video Biografía de Sigmund Freud

Interesante biografía del "Padre" del Psicoanalísis.   Video en Español que repasa su vida.   Tiene imagenes inéditas, y fragmen...