ACERCA DE LA INTELIGENCIA HUMANA
INTRODUCCION
Lo que podrán leer
a continuación es el recorte y marco teórico que acompaña una investigación
sobre “Inteligencia y rendimiento académico” realizada en mi lugar de trabajo,
por cuestiones de confidencialidad y de tratarse de material sensible no he publicado dichos resultados en
mi blog. Sin embargo, he creído
interesante compartir el marco teórico y el repaso sobre las teorías de la
inteligencia existentes.
INTELIGENCIA, UN CONCEPTO CON HISTORIA
En sentido amplio,
catalogamos de inteligente, a todo impulso, energía psíquica, capacidad de
resolución de problemas que lleva a un ser a adaptarse a una situación
compleja. Desde una ameba, hasta el ser
humano, hay vida inteligente allí donde se ponen en juego mecanismos
superadores de conflictos y peligros que se oponen a la satisfacción directa de
los instintos.
Para esta
investigación, nos centraremos en el concepto de inteligencia humana, en
especial, la idea que surge de pensarla como una capacidad factible de ser
medida, intentaremos rastrear sus orígenes, mostrar su evolución conceptual,
presentar las distintas teorías al respecto, referir contraposiciones teóricas
para luego tomar posición e introducir nuestro trabajo.
“Durante más de dos milenios, al menos desde el
surgimiento de la ciudad-Estado griega, determinado conjunto de ideas han
predominado en los análisis de la condición humana en nuestra
civilización. Este conjunto de ideas
hace hincapié en la existencia e importancia de los poderes mentales: Las
capacidades que se han llamado en forma indistinta la RACIONALIDAD ,
INTELIGENCIA o el despliegue de la MENTE” [1]
Sucede que,
nuestra sociedad occidental ha aprendido a valorar la capacidad intelectual
humana en términos cuasi cuantitativos al comparar desde tiempos inmemoriales a
los individuos entre sí. Decir y creer
que un sujeto es más brillante, más listo, más inteligente que otro es partir
de un supuesto que nos lleva a clasificarlo, compararlo y etiquetarlo
conceptualmente.
Etimológicamente,
la palabra inteligencia proviene del latín intellegere,
concepto compuesto entre “inter” (entre) y .“legere” (escoger). Inteligente sería quien sabe escoger. Elegir entre las mejores opciones para
resolver un problema.
La palabra inteligencia fue introducida por el político
y filósofo Marco
Tulio Cicerón (106-43 a . C.) Para conceptualizar la idea de
capacidad intelectual. Cicerón dedicó parte de sus
esfuerzos a hacer accesible la filosofía griega a la cultura latina. Su labor
de traductor y divulgador sentó las bases de la terminología filosófica de la
que se sirvieron los pensadores latinos. El sentido que autores como San Agustín (354-430) o Santo
Tomás (1225-1274) dieron
posteriormente las palabras intellegentia y ratio, tiene su origen en las aportaciones
de Cicerón.
Si queremos remontarnos a los orígenes del concepto de Inteligencia,
resulta posible rastrear al menos dos antecedentes conceptuales que se
utilizaban con significaciones similares ya en el mundo griego: Logos y
Nous.
Logos, término griego, entre sus significados encontramos palabras como recoger;
reunir, juntar; elegir, escoger; contar, enumerar, computar; referir; decir,
hablar, se trata de un decir inteligible pleno de sentido.
El habla a la que alude este verbo es un discurso argumentado, en el que
se enumeran las razones que lo sustentan.
Logos es todo lo que se dice,
ya sea verbalmente o por escrito: una historia, un discurso, una fábula una
explicación, la exposición de unos hechos, noticias, novedades, etc. Con
frecuencia se usó el término Logos para
hacer alusión a las meras palabras, por contraposición a los hechos.
El logos no es sólo la palabra
razonada, sino también las razones que persuaden con sutileza y artificio. El
sentido lingüístico del logos se extendió pronto a la actividad reflexiva. El
logos es el proceso en virtud del cual el hombre, en conversación interna
consigo mismo, sopesa las ventajas y los inconvenientes de una cuestión.
Logos puede significar también
medida, plenitud, mesura. Mediante la razón se justifica adecuadamente el
conocimiento; esta justificación consiste en argumentar, que no es otra cosa
que recoger y enumerar, de forma ordenada, las razones en las que se basa un
determinado conocimiento.[2]
“Para Platón (427-347AC), la inteligencia era
como un auriga que lleva las riendas, mientras que la emoción y la voluntad
representan los caballos que tiran del carro. La
primera guía y la segunda suministra la fuerza motriz. Aristóteles
lo simplificó al contraponer la capacidad intelectual a la oréctica o capacidad
apetitiva que abarca a la vez la emoción y la voluntad”[3].
Fue también Platón el que introdujo la idea de explicar las diferencias individuales de personalidad e inteligencia a partir de la genética. Esto lo condujo a recomendar que se asignen obligaciones y tareas que estén de acuerdo a las capacidades innatas de los individuos. Platón contrastó la actividad o conducta observada de hecho con cierta capacidad hipotética latente de la cual la primera depende, de esa manera se llegó a la noción de aptitud. La inteligencia es una aptitud que se puede mostrar o no en la práctica y tiene que deducirse de la conducta observada.
Fue también Platón el que introdujo la idea de explicar las diferencias individuales de personalidad e inteligencia a partir de la genética. Esto lo condujo a recomendar que se asignen obligaciones y tareas que estén de acuerdo a las capacidades innatas de los individuos. Platón contrastó la actividad o conducta observada de hecho con cierta capacidad hipotética latente de la cual la primera depende, de esa manera se llegó a la noción de aptitud. La inteligencia es una aptitud que se puede mostrar o no en la práctica y tiene que deducirse de la conducta observada.
El termino Nous
es traducido como ver, observar,
percibir, pensar, reflexionar, comprender, entender, saber, considerar,
meditar, proyectar, etc. El Nous se
asocia a la razón como facultad pensante, de la cual queda excluido todo lo que
es absurdo e irrazonable.
El Nous es exclusivo del ser
inteligente, de aquel que se conduce según un objetivo anteriormente fijado, lo
cual exige una visión mental que proporciona una comprensión de la realidad en
tanto que dotada de sentido. En los diálogos platónicos es posible también
encontrar el Nous referido tanto al
entendimiento divino como al humano; a la inteligencia como principio rector
del mundo y, al mismo tiempo, como atributo con el que la divinidad dotó al
hombre.[4]
El aprecio por el conocimiento, la inteligencia y la razón han guiado el
pensamiento occidental a lo largo de los años.
A principios de la edad media, San Agustín, declaró: “El principal autor y
motor del universo es la inteligencia.
Por tanto la causa final del universo debe ser lo bueno de la
inteligencia y eso es verdadero...”[5]
El
Dr. Gardner, cita al poeta griego Arquíloco, para alertar sobre
una distinción que contrasta dos posiciones teóricas hacia la mente y el
intelecto desde tiempos antiguos. “...uno puede contrastar a quienes
consideran que el intelecto es de una sola pieza (llamémosle “los erizos”),
contra los que favorecen su fragmentación en varios componentes (las
“zorras”).”[6] Los erizos postulan que los individuos nacen
con un determinado grado de inteligencia, un factor único mediante el cual se
puede clasificar a las personas como más o menos inteligentes. Las zorras en
cambio postulan numerosas funciones o capacidades de acuerdo a distintas partes
de la mente.
Resulta
interesante observar cómo esta antigua contraposición de creencias sobre la
inteligencia, se mantiene como discusión hasta nuestros días. En el área del estudio cerebral por ejemplo,
existen teorías de localizadores, se ha comprobado incluso que
las distintas porciones del sistema nervioso, (áreas cerebrales) tienen
funciones bien diferenciadas y que las mismas se relacionan con las distintas
capacidades intelectuales. A estas teorías,
se contraponen teorías holística que consideran que las principales funciones
intelectuales son propias de todo el cerebro funcionando en su conjunto.
Si tomamos el área de las
pruebas de inteligencia, el debate iniciado por Charles Spearman (factor general del intelecto) y L.L Thurstone (conjunto de habilidades
mentales primarias sin ninguna preeminencia) aún continúa con plena vigencia.
CONCEPTO DE
INTELIGENCIA. DEFINICIONES y REFERENTES
Son múltiples, polémicas y variadas las teorías de la
inteligencia que se han registrado durante el último siglo. Vernon (1960) sugirió una clasificación de las
principales definiciones. La misma se hizo en base a tres grupos:
·
definiciones
psicológicas, mostrando la inteligencia como la capacidad cognitiva, de
aprendizaje, y de relación;
·
definiciones biológicas, que consideran
la capacidad de adaptación a nuevas situaciones;
·
definiciones
operativas, que son aquellas que dan una definición apelando
a la psicometría.
Entre éstas últimas definiciones destaca por
su circularidad aquella que reza que la inteligencia no es otra cosa que lo que
miden los tests de inteligencia (Boring, 1923).
A las
dificultades inherentes a la definición de la inteligencia, hay que sumarle el
hecho de que ya existe una concepción implícita de ella, hecho al que no se le
presta la debida atención. La inteligencia es un supuesto que está en boca de
todos, el saber popular ha incorporado a su corpus doctrinal el concepto de
inteligencia aún antes de que la comunidad científica se haya propuesto
definirla. Para muchos la inteligencia era algo tan
evidente que no precisaba definición. De forma más o menos reconocida, esta
postura sigue presente en numerosas investigaciones actuales. En este sentido,
Sánchez Cánovas (1986) argumenta que no es necesario definir la inteligencia,
al tratarse de un concepto previo a la teoría.
Dentro del ámbito de la Psicología , entre
quienes se han ocupado de definir la inteligencia, parece existir cierto
consenso en reconocer a esta facultad un valor funcional. La inteligencia es
una capacidad adaptativa, su finalidad es posibilitar la adaptación de los
organismos a su entorno. En virtud de su inteligencia, los individuos son
capaces de afrontar con éxito las situaciones problemáticas que les plantea el
medio.
Herbert
Spencer
(1820-1903) formuló la teoría de la inteligencia
tradicional. Ésta sostiene que todo acto de conocimiento comprende un doble proceso,
analítico o discriminativo por una parte, sintético o integrativo por otra; su
función esencial consiste en capacitar al organismo para que se adapte a un
medio complejo y siempre cambiante.
Francis
Galton (1822-1911)
Acuñó el concepto estadístico de correlación, como una manera de determinar
matemáticamente la relación entre dos variables. Es el primer promotor de los test de
inteligencia. Método biométrico. Fue
Maestro de Wund en Inglaterra y padre de la psicología experimental.
Alfred
Binet (1857-1911)
En colaboración con Simon, será el primero en intentar medir procesos mentales
superiores. Crea la primera ESCALA
METRICA DE LA INTELIGENCIA. Con
el objetivo de clasificar niños de baja inteligencia que debido a su baja
capacidad intelectual tendrían problemas en la escolarización obligatoria. Sus estudios han tenido y tienen enorme
repercusión. Son pioneros en el campo de las pruebas psicológicas al descubrir
que las facultades mentales son independientes y varían entre los sujetos. Utilizan pruebas ordenadas por dificultad
creciente. Hablan de Edad mental como
medida de la inteligencia.
William
Stern (1871-1938)
Basándose en los trabajos de Binet, desarrolla el concepto de cociente
intelectual (C.I.) Se trata de una fórmula en la que se divide la edad mental
(obtenida mediante la prueba de Binet) por la edad cronológica y se multiplica
por 100. Esto fórmula sólo era aplicada
a niños y perdía todo sentido al utilizarse con adultos.
Hoy en día se emplea el término CI para referirse al resultado de un test
de inteligencia, como el Wechsler Adult Intelligence Scale,
pero el resultado se basa en la proyección del rango medido del sujeto en una campana
de Gauss formada por la
distribución de los valores posibles para su grupo de edad, con un valor
central (inteligencia media) de 100 y una desviación estándar de 15. Los valores por encima de 100
están por encima de la media; los valores por debajo de 100 están por debajo de
la media.
Una curiosidad es que las puntuaciones
medias para muchas poblaciones han tendido a subir tres puntos por década desde
principios del siglo XX, con
la mayoría del incremento acumulado en la mitad inferior de la curva de CI:
este fenómeno se conoce como efecto
Flynn. Existe controversia sobre si este incremento estable se produce por
un aumento real de las habilidades intelectuales en dichas poblaciones, o si se
debe más bien a problemas metodológicos con los test pasados o presentes.
Charles
Spearman (1863-1945)
equiparó la inteligencia a un factor general (g), un concepto abstracto
definido en términos estrictamente estadísticos. Se trata de un factor cuantitativo de la
inteligencia, sólo un factor, pero el común y fundamental de todas las
funciones cognoscitivas del mismo individuo.
El factor g, significaría lo que en la práctica se llamaría inteligencia
general. Más adelante, cuando hablemos
de la teoría bifactorial, entraremos en mayores detalles sobre esta interesante
teoría.
Louis
León Thurstone (1887-1955) Teoría multifactorial.
Es reconocido por sus aportes al análisis factorial y por la creación de
la escala Thurstone para
la medición de aptitudes.
Aplicando
el análisis factorial sobre las puntuaciones obtenidas en las pruebas de
inteligencia de un gran numero de niños, Thurstone (1938) identificó siete
factores relativamente diferentes, a los que llamó habilidades primarias:
·
la fluidez verbal (habilidad para
recordar palabras rápidamente);
·
la comprensión verbal (habilidad
para definir palabras);
·
la aptitud espacial (habilidad para
reconocer una figura cuya posición en el espacio había cambiado);
·
la rapidez perceptiva (habilidad
para detectar semejanzas y diferencias entre distintos dibujos);
·
el razonamiento inductivo
(pensamiento lógico);
·
la aptitud numérica, y
·
la memoria.
Sus
aportes ayudaron a comprender las diferencias intraindividuales observadas en
el desempeño frente a pruebas de inteligencia general, lo que permitió la
construcción y mejora de tests de inteligencia, de personalidad e
intereses, entre otros aspectos psicológicos.
David
Weschler (1896-1981)
definió a la inteligencia como la capacidad agregada o global del individuo
para actuar con propósito, para pensar racionalmente y para habérselas de
manera efectiva con su medio ambiente.
Jean Piaget (1896-1980) ha sido quien con mayor claridad se ha referido
a la cuestión de la inteligencia en tanto adaptación. Básicamente, el
planteamiento Piagetiano viene a decir que la función esencial de la
inteligencia es la adaptación al medio y que lo específico de la inteligencia
humana es que en ella esta función se encuentra potenciada por la racionalidad.
Howard
Gardner (1983) en “Las estructuras de la
mente”, considera el concepto de inteligencia como un potencial que cada ser
humano posee en mayor o menor grado, plantea que ésta no puede ser medida por
instrumentos normalizados en test de CI y ofrece criterios, no para
medirla, sino para observarla y desarrollarla.
Según
Gardner, creador de la Teoría de las inteligencias múltiples,
la inteligencia es la capacidad para
resolver problemas o elaborar productos que puedan ser valorados en una
determinada cultura. Propuso varios tipos de inteligencia, igual de
importantes:
·
Inteligencia lingüística:
capacidad de usar las palabras de manera adecuada.
Caracteriza
a escritores y
poetas. Implica la utilización de ambos hemisferios cerebrales.
·
Inteligencia lógica-matemática:
capacidad que permite resolver problemas de lógica y matemática.
Es fundamental
en científicos y filósofos. Al utilizar este tipo de inteligencia se hace uso
del hemisferio lógico.
Era la
predominante en la antigua concepción unitaria de "inteligencia".
·
Inteligencia musical:
capacidad relacionada con las artes musicales.
Es el talento de
los músicos, cantantes y bailarines.
Es conocida comúnmente como "buen oído".
·
Inteligencia espacial:
la capacidad de distinguir aspectos como: color, línea, forma, figura, espacio,
y sus relaciones en tres dimensiones.
Esta
inteligencia atañe a campos tan diversos como el diseño,
la arquitectura,
la geografía,
la ingeniería, la escultura,
la cirugía
o la marina.
·
Inteligencia corporal-cinestésica:
capacidad de controlar y coordinar los movimientos del cuerpo y expresar
sentimientos con él.
Es el talento
de los actores, mimos, o bailarines.
Implica a deportistas o cirujanos.
·
Inteligencia intrapersonal o
emocional: está relacionada con las emociones,
y permite entenderse a sí mismo.
Relacionada con
las ciencias psicológicas.
·
Inteligencia interpersonal o social:
capacidad para entender a las demás personas con empatía;
está relacionada con las emociones.
Es típica de
los buenos vendedores, políticos, profesores o terapeutas.
Posteriormente añadió:
·
Inteligencia
naturalista: la utilizamos al observar y
estudiar la naturaleza para organizar y clasificar.
Los biólogos y naturalistas son
quienes más la desarrollan.
·
Inteligencia
existencial o filosófica: la capacidad
para situarse a sí mismo con respecto al cosmos y autosugestionarse.
Requiere de un
estudio más profundo para ser caracterizada como inteligencia.
La crítica más común es que la
inteligencia musical y la cinestésica no muestran inteligencia, sino talento.[cita requerida]
Robert J.
Sternberg (1997).
Teoría triárquica de la
Inteligencia. Dirá que
toda conducta inteligente está determinada por el contexto social y
cultural. Plantea la teoría de la Inteligencia Exitosa ).
La concepción de la inteligencia como habilidad para alcanzar el éxito: La
inteligencia es una capacidad adaptativa, se manifiesta en entornos concretos,
se encuentra mediada por factores temporales y está regida por metacomponentes
o mecanismos de control ejecutivo.
“A pesar de que muchas definiciones de la
inteligencia han sido propuestas a lo largo de los años (…), la noción
convencional de inteligencia está construida alrededor de una definición
vagamente consensuada en términos de adaptación generalizada al entorno.
Algunas teorías de la inteligencia extienden esta definición sugiriendo que un
factor general de inteligencia, con frecuencia etiquetado como ‘g’, subyace a
toda conducta adaptativa (…)[7]
“Un
elemento común en la manifestación de la inteligencia en diversas situaciones
dentro de la vida de un individuo y de diferentes individuos y grupos sociales
es el carácter práctico, dirigido a un fin, que tiene el rendimiento
inteligente. Esta coincidencia concuerda con las definiciones y concepciones de
la inteligencia que se centran en el valor adaptativo de ésta, si bien hay que
señalar que aquí el término ‘adaptativo’ no se refiere a su sentido
estrictamente biológico. La idea básica es que un contexto social (ya se trate
de un salón de clase, una tribu, una familia, una profesión o cualquier otro
contexto) plantea una serie de problemas, y la inteligencia consiste en gran
parte en la capacidad para resolver estos problemas.” [8]
Daniel Goleman (1995) Inteligencia
Emocional. Se trata de la capacidad
para reconocer
sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. Considera que la
inteligencia emocional puede organizarse en cinco capacidades: conocer las
emociones y sentimientos propios,
manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y manejar las relaciones.
Según Eysenck (1983), la inteligencia surge como
concepto al observar a quienes intentan resolver problemas o aprender cosas
difíciles que exigen esfuerzo como las matemáticas, las lenguas o la historia. Hay personas que dan la impresión
de no encontrar dificultad alguna en todo esto y salen adelante de manera
destacada; otras, en cambio, son muy lentas y a menudo fracasan rotundamente.
La inteligencia en definitiva es un concepto o constructo, es decir no tiene propiedades concretas como las puede tener un ente. No tiene existencia en parte alguna pues es un término creado para explicar un fenómeno y para clasificar y explicar un gran número de hechos, como todo concepto es plausible de discusión, pero en tanto fenómeno de lenguaje, no podremos arribar a una verdad más que definiendo desde dónde estamos hablando y con qué finalidad.
PSICOMETRIA, LA MEDIDA
DE LA
INTELIGENCIA
Teoría Ecléctica de los dos factores de Spearman
“Hacia
el comienzo de nuestro siglo (1904), inspirado en Galton (inquires in to Human
Faculty and its Development) e influido por Wundt- con quien trabajó en
Leipzig-, Spearman inició sus fecundas investigaciones sobre la
inteligencia. Frente a las radicales
discrepancias entre las diversas teorías relativas a la inteligencia, este
investigador se propuso llegar a una concepción que lograse conciliar y
resolver armónicamente las divergencias entre las teorías (monárquicas) que
postulan una inteligencia general, las teorías (oligárquicas) que postulan
varias facultades diferenciadas y las teorías (anárquicas) de las múltiples
aptitudes independientes. El primer
problema que en su propósito de unificar discrepancias se le planteaba a
Spearman, consistía, pues, en establecer si las aptitudes intelectuales estaban
correlacionadas entre sí en dependencia de una inteligencia global, total o sí,
por el contrario, esas funciones eran enteramente independientes. Empleando cómo método el análisis factorial,
Spearman formuló una solución a la que se conoce como Teoría de los dos
factores o teoría bifactorial. Su tesis,
sostenida por toda una escuela, la
Escuela de Londres, que tiene en Spearman su máximo
representante, promovió vastas discusiones teóricas y fecundas aplicaciones
prácticas y alcanzó en el campo de la Psicología muy amplia repercusión, así como la
categoría de una de las principales teorías de la inteligencia de nuestro
tiempo”[9]
Resulta
interesante destacar, que pese a que se han desarrollado numerosas críticas,
teorías posteriores, planteos éticos, no se ha podido refutar la teoría de
Spearman desde su fundamentación factorial.
Los numerosos cuestionamientos han apuntado al concepto de inteligencia
en sí, a la clasificación de sujetos, a las etiquetas que se ponen al respecto,
a la imposibilidad de “medir la inteligencia” en tanto se trata de un concepto
mas amplio que el simple resultado en un test, apuntan a discrepancias entre el
resultado del test y el desempeño del sujeto evaluado en su vida laboral,
social, académica, etc. Refieren que el
factor “g” de la inteligencia que miden los test apenas evalúa un aspecto de la
inteligencia “lógico Matemática”.
Sin embargo, los
mismos críticos reconocen que existe una correlación entre el resultado que
obtiene un sujeto en este tipo de test y el desempeño académico tradicional. No
así en lo que respecta a talentos musicales, habilidades motrices, éxito
laboral, social o emocional. “la prueba
de inteligencia revela poco acerca del potencial del individuo para el
crecimiento futuro” (Gardner 1993).
La teoría
bifactorial que desarrolló Spearman postula que TODAS las habilidades del
hombre tienen un factor común, un factor general a todas ellas (factor g) y un
factor específico para cada una de ellas (factor e). En cada habilidad se dan los dos factores (g
y e) pero las investigaciones desarrolladas han demostrado que hay habilidades
que tienen mayor saturación de (g) que otras.
El factor G posee
una magnitud constante dentro de un mismo individuo, y variable respecto de
otros individuos. Es decir, una misma
persona obtiene resultados similares de saturación de factor G en diversas
pruebas y puede compararse ese resultado con puntajes diferentes obtenidos por
otras personas.
G significaría lo
que en la práctica se llama “inteligencia general”, pero se comprende que no
debe asimilárselo a ella ni a función particular alguna. Se trata de un factor estadístico que surge
de un estudio de correlaciones. Spearman
para explicarlo recurre a la hipótesis de “energía mental” g, sería la energía
subyacente y constante a todas las operaciones psíquicas. El factor G sería algo así como el pode para
establecer relaciones y dada una relación y un ítem educir otro ítem.
“La conducta eductiva
exige un proceso perceptivo más activo que analítico y reproductivo, nos
permite desarrollar la comprensión. Tales procesos suelen no ser verbales”[10].
“FACTOR E (factor específico). Es un factor cuantitativo variable intra e
interindividualmente: variable tanto de una a otra habilidad de un mismo
individuo, como de uno a otro individuo.
Por tanto, E es propio de cada habilidad particular y no depende ni se
correlaciona con g ni con los otros e.
Cualitativamente los e son las maquinas, dispositivos o instrumentos
(engines) a través de los cuales actúa y opera la energía mental (g). A cada habilidad corresponde una Engine (...)
...Spearman halló
que si bien la energía mental no puede medirse directamente, tal mensuración
resulta factible a través de las máquinas (factores e) que los transforman en
trabajo, pues todo test depende de un factor específico y, en mayor o menor
grado (grado de saturación), del factor g.
Cuanto más dependa un test de g, mayor saturación de g tendrá, mejor
medirá el valor de g en el individuo (...).
Se arribó a la conclusión que los test homogéneos mas saturados de g son
los de razonamiento lógico matemático o gramatical (de sinominia, de
oposición), los de percepción de relaciones complejas con material visual, y en
especial, los de material no verbal, perceptivos, a base de problemas de
educción de relaciones...”[11]
TEST DE DOMINOS
(D-48)
El test de Dominós
fue construido para la armada Británica por el psicólogo Inglés Edgar Anstey en
1944. Fue ideado como test paralelo al
Raven y para superar algunas falencias.
La versión original ha quedado como closed test para la armada británica,
sin embargo en 1955 Anstey publica una versión open test ligeramente diferente
de la primer versión. En colaboración
con el investigador Uruguayo Risso, Anstey tipificó y estandarizó la prueba a
partir de 48 reactivos de complejidad creciente, una vez efectuadas las pruebas
de validez y confidencialidad publicó su test.
El test D-48 ha tenido dos
adaptaciones, una inglesa y una francesa.
Esta última ha realizado modificaciones en las fichas, en la
distribución de las piezas y ha reducido el número de reactivos a 44. Fue estandarizado por Pichot y se han
realizado numerosas pruebas de confiabilidad y validez. Resulta una adaptación interesante por ser
poco conocida en Latinoamérica (aquí se utiliza la versión de Anstey-Risso).
“El test de dominós es una prueba no verbal de
inteligencia, que no depende en un grado considerable del ambiente, de la
educación o de la experiencia del individuo.
Se basa en la teoría factorial de Spearman y busca por lo tanto medir el
factor de inteligencia general g. Es un
test de educción de leyes o principios de relaciones y de completamiento de
series numéricas (...) Es un test de
figuras numéricas de puntos dispuestos en grupos según un patrón, las fichas de
dominó. Los estudios han demostrado que
la experiencia previa con el juego de dominós no interviene en el resultado del
sujeto.”[12]
[1] Gardner, H. ESTRUCTURAS DE LA MENTE. Antecedentes.
Pág. 37. Fondo de Cultura Económica. 1994.
[2] Jorge, Luis Martín. ANALISIS
HISTORICO Y CONCEPTUAL DE LAS RELACIONES ENTRE INTELIGENCIA Y LA RAZON. 2001. Tesis
doctoral. www.biblioteca.uma.es
[3] Cortese, A. INTELIGENCIA EXITOSA. Antecedentes históricos del Concepto
de Inteligencia. En www.Inteligencia Exitosa.org.
[4] Cortese, A. Op. Cit.
[5] San Agustín está citado en LAS ESTRUCTURAS DE LA MENTE de Gardner (Op cit)
que a su vez cita a Randall, THE MAKING OF THE MODERN MIND.
[6] Gardner, H. LAS ESTRUCTURAS DE LA MENTE Op. Cit.
[7] Sternberg, R. Teoría de la inteligencia Exitosa. 2003
[8] Sternberg, R. Op. Cit.
[9] Raven, J.C. Test de Matrices Progresivas. Escala General. Manual. Pag. 15 Biblioteca de Psicometría y
Psicodiagnóstico. Editorial Paidos. Bs.
As 1990
[10] Casadei, Noelia. Evaluación Psicológica. Teoría y técnica de la
evaluación psicológica. En http://evaluacionpsico.com/2013/03/27/test-de-las-matrices-progresivas-de-raven/
[11] Raven J.C. Op Cit. Pag 17.
[12] Costa Neiva, K. Manual de
pruebas de inteligencia y aptitudes.
Test de Dominós. Pág. 153.
Editorial Plaza y Valdez. 1996.