lunes, 6 de marzo de 2017

Acerca de la Inteligencia Humana

ACERCA DE LA INTELIGENCIA HUMANA


INTRODUCCION
Lo que podrán leer a continuación es el recorte y marco teórico que acompaña una investigación sobre “Inteligencia y rendimiento académico” realizada en mi lugar de trabajo, por cuestiones de confidencialidad y de tratarse de material  sensible no he publicado dichos resultados en mi blog.  Sin embargo, he creído interesante compartir el marco teórico y el repaso sobre las teorías de la inteligencia existentes.

INTELIGENCIA, UN CONCEPTO CON HISTORIA

En sentido amplio, catalogamos de inteligente, a todo impulso, energía psíquica, capacidad de resolución de problemas que lleva a un ser a adaptarse a una situación compleja.   Desde una ameba, hasta el ser humano, hay vida inteligente allí donde se ponen en juego mecanismos superadores de conflictos y peligros que se oponen a la satisfacción directa de los instintos.

Para esta investigación, nos centraremos en el concepto de inteligencia humana, en especial, la idea que surge de pensarla como una capacidad factible de ser medida, intentaremos rastrear sus orígenes, mostrar su evolución conceptual, presentar las distintas teorías al respecto, referir contraposiciones teóricas para luego tomar posición e introducir nuestro trabajo.

“Durante más de dos milenios, al menos desde el surgimiento de la ciudad-Estado griega, determinado conjunto de ideas han predominado en los análisis de la condición humana en nuestra civilización.  Este conjunto de ideas hace hincapié en la existencia e importancia de los poderes mentales: Las capacidades que se han llamado en forma indistinta la RACIONALIDAD, INTELIGENCIA o el despliegue de la MENTE[1]

Sucede que, nuestra sociedad occidental ha aprendido a valorar la capacidad intelectual humana en términos cuasi cuantitativos al comparar desde tiempos inmemoriales a los individuos entre sí.  Decir y creer que un sujeto es más brillante, más listo, más inteligente que otro es partir de un supuesto que nos lleva a clasificarlo, compararlo y etiquetarlo conceptualmente.

Etimológicamente, la palabra inteligencia proviene del latín intellegere, concepto compuesto entre “inter” (entre) y .“legere” (escoger).   Inteligente sería quien sabe escoger.   Elegir entre las mejores opciones para resolver un problema.  

 La palabra inteligencia fue introducida por el político y filósofo Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C.)  Para conceptualizar la idea de capacidad intelectual. Cicerón dedicó parte de sus esfuerzos a hacer accesible la filosofía griega a la cultura latina. Su labor de traductor y divulgador sentó las bases de la terminología filosófica de la que se sirvieron los pensadores latinos. El sentido que autores como San Agustín (354-430) o Santo Tomás (1225-1274) dieron posteriormente las palabras intellegentia y ratio, tiene su origen en las aportaciones de Cicerón.

Si queremos remontarnos a los orígenes del concepto de Inteligencia, resulta posible rastrear al menos dos antecedentes conceptuales que se utilizaban con significaciones similares ya en el mundo griego: Logos y Nous.  
Logos, término griego, entre sus significados encontramos palabras como recoger; reunir, juntar; elegir, escoger; contar, enumerar, computar; referir; decir, hablar, se trata de un decir inteligible pleno de sentido.
El habla a la que alude este verbo es un discurso argumentado, en el que se enumeran las razones que lo sustentan.  Logos es todo lo que se dice, ya sea verbalmente o por escrito: una historia, un discurso, una fábula una explicación, la exposición de unos hechos, noticias, novedades, etc. Con frecuencia se usó el término Logos para hacer alusión a las meras palabras, por contraposición a los hechos.
El logos no es sólo la palabra razonada, sino también las razones que persuaden con sutileza y artificio. El sentido lingüístico del logos se extendió pronto a la actividad reflexiva. El logos es el proceso en virtud del cual el hombre, en conversación interna consigo mismo, sopesa las ventajas y los inconvenientes de una cuestión.
Logos puede significar también medida, plenitud, mesura. Mediante la razón se justifica adecuadamente el conocimiento; esta justificación consiste en argumentar, que no es otra cosa que recoger y enumerar, de forma ordenada, las razones en las que se basa un determinado conocimiento.[2]
 “Para Platón (427-347AC), la inteligencia era como un auriga que lleva las riendas, mientras que la emoción y la voluntad representan los caballos que tiran del carro. La primera guía y la segunda suministra la fuerza motriz.  Aristóteles lo simplificó al contraponer la capacidad intelectual a la oréctica o capacidad apetitiva que abarca a la vez la emoción y la voluntad[3].

Fue también Platón el que introdujo la idea de explicar las diferencias individuales de personalidad e inteligencia a partir de la genética. Esto lo condujo a recomendar que se asignen obligaciones y tareas que estén de acuerdo a las capacidades innatas de los individuos.  Platón contrastó la actividad o conducta observada de hecho con cierta capacidad hipotética latente de la cual la primera depende, de esa manera se llegó a la noción de aptitud. La inteligencia es una aptitud que se puede mostrar o no en la práctica y tiene que deducirse de la conducta observada.
El termino Nous es traducido como ver, observar, percibir, pensar, reflexionar, comprender, entender, saber, considerar, meditar, proyectar, etc. El Nous se asocia a la razón como facultad pensante, de la cual queda excluido todo lo que es absurdo e irrazonable.
El Nous es exclusivo del ser inteligente, de aquel que se conduce según un objetivo anteriormente fijado, lo cual exige una visión mental que proporciona una comprensión de la realidad en tanto que dotada de sentido. En los diálogos platónicos es posible también encontrar el Nous referido tanto al entendimiento divino como al humano; a la inteligencia como principio rector del mundo y, al mismo tiempo, como atributo con el que la divinidad dotó al hombre.[4]
El aprecio por el conocimiento, la inteligencia y la razón han guiado el pensamiento occidental a lo largo de los años.  A principios de la edad media, San Agustín, declaró: “El principal autor y motor del universo es la inteligencia.  Por tanto la causa final del universo debe ser lo bueno de la inteligencia y eso es verdadero...”[5]
El Dr. Gardner, cita al poeta griego Arquíloco, para alertar sobre una distinción que contrasta dos posiciones teóricas hacia la mente y el intelecto desde tiempos antiguos.  “...uno puede contrastar a quienes consideran que el intelecto es de una sola pieza (llamémosle “los erizos”), contra los que favorecen su fragmentación en varios componentes (las “zorras”).”[6]  Los erizos postulan que los individuos nacen con un determinado grado de inteligencia, un factor único mediante el cual se puede clasificar a las personas como más o menos inteligentes. Las zorras en cambio postulan numerosas funciones o capacidades de acuerdo a distintas partes de la mente. 
Resulta interesante observar cómo esta antigua contraposición de creencias sobre la inteligencia, se mantiene como discusión hasta nuestros días.  En el área del estudio cerebral por ejemplo, existen teorías de localizadores, se ha comprobado incluso que las distintas porciones del sistema nervioso, (áreas cerebrales) tienen funciones bien diferenciadas y que las mismas se relacionan con las distintas capacidades intelectuales.   A estas teorías, se contraponen teorías holística que consideran que las principales funciones intelectuales son propias de todo el cerebro funcionando en su conjunto.
Si tomamos el área de las pruebas de inteligencia, el debate iniciado por Charles Spearman (factor general del intelecto) y L.L Thurstone (conjunto de habilidades mentales primarias sin ninguna preeminencia) aún continúa con plena vigencia.
CONCEPTO DE INTELIGENCIA. DEFINICIONES y REFERENTES
Son múltiples, polémicas y variadas las teorías de la inteligencia que se han registrado durante el último siglo.   Vernon (1960)  sugirió una clasificación de las principales definiciones. La misma se hizo en base a tres grupos:
·         definiciones psicológicas, mostrando la inteligencia como la capacidad cognitiva, de aprendizaje, y  de relación;
·          definiciones biológicas, que consideran la capacidad de adaptación a nuevas situaciones;
·         definiciones operativas, que son aquellas que dan una definición apelando a la psicometría.
 Entre éstas últimas definiciones destaca por su circularidad aquella que reza que la inteligencia no es otra cosa que lo que miden los tests de inteligencia (Boring, 1923).
A las dificultades inherentes a la definición de la inteligencia, hay que sumarle el hecho de que ya existe una concepción implícita de ella, hecho al que no se le presta la debida atención. La inteligencia es un supuesto que está en boca de todos, el saber popular ha incorporado a su corpus doctrinal el concepto de inteligencia aún antes de que la comunidad científica se haya propuesto definirla.   Para muchos la inteligencia era algo tan evidente que no precisaba definición. De forma más o menos reconocida, esta postura sigue presente en numerosas investigaciones actuales. En este sentido, Sánchez Cánovas (1986) argumenta que no es necesario definir la inteligencia, al tratarse de un concepto previo a la teoría.
Dentro del ámbito de la Psicología, entre quienes se han ocupado de definir la inteligencia, parece existir cierto consenso en reconocer a esta facultad un valor funcional. La inteligencia es una capacidad adaptativa, su finalidad es posibilitar la adaptación de los organismos a su entorno. En virtud de su inteligencia, los individuos son capaces de afrontar con éxito las situaciones problemáticas que les plantea el medio.
Herbert Spencer  (1820-1903) formuló la teoría de la inteligencia tradicional. Ésta sostiene que todo acto de conocimiento comprende un doble proceso, analítico o discriminativo por una parte, sintético o integrativo por otra; su función esencial consiste en capacitar al organismo para que se adapte a un medio complejo y siempre cambiante.

Francis Galton (1822-1911) Acuñó el concepto estadístico de correlación, como una manera de determinar matemáticamente la relación entre dos variables.  Es el primer promotor de los test de inteligencia. Método biométrico.  Fue Maestro de Wund en Inglaterra y padre de la psicología experimental.

Alfred Binet (1857-1911) En colaboración con Simon, será el primero en intentar medir procesos mentales superiores.  Crea la primera ESCALA METRICA DE LA INTELIGENCIA. Con el objetivo de clasificar niños de baja inteligencia que debido a su baja capacidad intelectual tendrían problemas en la escolarización obligatoria.   Sus estudios han tenido y tienen enorme repercusión. Son pioneros en el campo de las pruebas psicológicas al descubrir que las facultades mentales son independientes y varían entre los sujetos.   Utilizan pruebas ordenadas por dificultad creciente.  Hablan de Edad mental como medida de la inteligencia.

William Stern (1871-1938) Basándose en los trabajos de Binet, desarrolla el concepto de cociente intelectual (C.I.) Se trata de una fórmula en la que se divide la edad mental (obtenida mediante la prueba de Binet) por la edad cronológica y se multiplica por 100.  Esto fórmula sólo era aplicada a niños y perdía todo sentido al utilizarse con adultos.
      Hoy en día se emplea el término CI para referirse al resultado de un test de inteligencia,  como el Wechsler Adult Intelligence Scale, pero el resultado se basa en la proyección del rango medido del sujeto en una campana de Gauss formada por la distribución de los valores posibles para su grupo de edad, con un valor central (inteligencia media) de 100 y una desviación estándar de 15. Los valores por encima de 100 están por encima de la media; los valores por debajo de 100 están por debajo de la media.
Una curiosidad es que las puntuaciones medias para muchas poblaciones han tendido a subir tres puntos por década desde principios del siglo XX, con la mayoría del incremento acumulado en la mitad inferior de la curva de CI: este fenómeno se conoce como efecto Flynn. Existe controversia sobre si este incremento estable se produce por un aumento real de las habilidades intelectuales en dichas poblaciones, o si se debe más bien a problemas metodológicos con los test pasados o presentes.
Charles Spearman (1863-1945) equiparó la inteligencia a un factor general (g), un concepto abstracto definido en términos estrictamente estadísticos.  Se trata de un factor cuantitativo de la inteligencia, sólo un factor, pero el común y fundamental de todas las funciones cognoscitivas del mismo individuo.     El factor g, significaría lo que en la práctica se llamaría inteligencia general.   Más adelante, cuando hablemos de la teoría bifactorial, entraremos en mayores detalles sobre esta interesante teoría.
Louis León Thurstone (1887-1955)  Teoría multifactorial.     Es reconocido por sus aportes al análisis factorial y por la creación de la escala Thurstone para la medición de aptitudes.
Aplicando el análisis factorial sobre las puntuaciones obtenidas en las pruebas de inteligencia de un gran numero de niños, Thurstone (1938) identificó siete factores relativamente diferentes, a los que llamó habilidades primarias:
·         la fluidez verbal (habilidad para recordar palabras rápidamente);
·         la comprensión verbal (habilidad para definir palabras);
·         la aptitud espacial (habilidad para reconocer una figura cuya posición en el espacio había cambiado);
·         la rapidez perceptiva (habilidad para detectar semejanzas y diferencias entre distintos dibujos);
·         el razonamiento inductivo (pensamiento lógico);
·         la aptitud numérica, y
·         la memoria.
Sus aportes ayudaron a comprender las diferencias intraindividuales observadas en el desempeño frente a pruebas de inteligencia general, lo que permitió la construcción y mejora de tests de inteligencia, de personalidad e intereses, entre otros aspectos psicológicos.
David Weschler (1896-1981) definió a la inteligencia como la capacidad agregada o global del individuo para actuar con propósito, para pensar racionalmente y para habérselas de manera efectiva con su medio ambiente.

Jean Piaget (1896-1980) ha sido quien con mayor claridad se ha referido a la cuestión de la inteligencia en tanto adaptación. Básicamente, el planteamiento Piagetiano viene a decir que la función esencial de la inteligencia es la adaptación al medio y que lo específico de la inteligencia humana es que en ella esta función se encuentra potenciada por la racionalidad.

Howard Gardner (1983) en “Las estructuras de la mente”, considera el concepto de inteligencia como un potencial que cada ser humano posee en mayor o menor grado, plantea que ésta no puede ser medida por instrumentos normalizados en test de CI y ofrece criterios, no para medirla, sino para observarla y desarrollarla.
Según Gardner, creador de la Teoría de las inteligencias múltiples, la inteligencia es la capacidad para resolver problemas o elaborar productos que puedan ser valorados en una determinada cultura. Propuso varios tipos de inteligencia, igual de importantes:
·                    Inteligencia lingüística: capacidad de usar las palabras de manera adecuada.
Caracteriza a escritores y poetas. Implica la utilización de ambos hemisferios cerebrales.
·                     Inteligencia lógica-matemática: capacidad que permite resolver problemas de lógica y matemática.
Es fundamental en científicos y filósofos. Al utilizar este tipo de inteligencia se hace uso del hemisferio lógico.
Era la predominante en la antigua concepción unitaria de "inteligencia".
·                     Inteligencia musical: capacidad relacionada con las artes musicales.
Es el talento de los músicoscantantes y bailarines. Es conocida comúnmente como "buen oído".
·                     Inteligencia espacial: la capacidad de distinguir aspectos como: color, línea, forma, figura, espacio, y sus relaciones en tres dimensiones.
Esta inteligencia atañe a campos tan diversos como el diseño, la arquitectura, la geografía, la ingeniería, la escultura, la cirugía o la marina.
·                    Inteligencia corporal-cinestésica: capacidad de controlar y coordinar los movimientos del cuerpo y expresar sentimientos con él.
Es el talento de los actoresmimos, o bailarines. Implica a deportistas o cirujanos.
·                    Inteligencia intrapersonal o emocional: está relacionada con las emociones, y permite entenderse a sí mismo.
Relacionada con las ciencias psicológicas.
·                    Inteligencia interpersonal o social: capacidad para entender a las demás personas con empatía; está relacionada con las emociones.
Es típica de los buenos vendedorespolíticosprofesores o terapeutas.
Posteriormente añadió:
·                     Inteligencia naturalista: la utilizamos al observar y estudiar la naturaleza para organizar y clasificar.
Los biólogos y naturalistas son quienes más la desarrollan.
·                     Inteligencia existencial o filosófica: la capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos y autosugestionarse.
Requiere de un estudio más profundo para ser caracterizada como inteligencia.
La crítica más común es que la inteligencia musical y la cinestésica no muestran inteligencia, sino talento.[cita requerida]
Robert J. Sternberg (1997). Teoría triárquica de la Inteligencia.  Dirá que toda conducta inteligente está determinada por el contexto social y cultural.   Plantea la teoría de la Inteligencia Exitosa). La concepción de la inteligencia como habilidad para alcanzar el éxito: La inteligencia es una capacidad adaptativa, se manifiesta en entornos concretos, se encuentra mediada por factores temporales y está regida por metacomponentes o mecanismos de control ejecutivo.
 “A pesar de que muchas definiciones de la inteligencia han sido propuestas a lo largo de los años (…), la noción convencional de inteligencia está construida alrededor de una definición vagamente consensuada en términos de adaptación generalizada al entorno. Algunas teorías de la inteligencia extienden esta definición sugiriendo que un factor general de inteligencia, con frecuencia etiquetado como ‘g’, subyace a toda conducta adaptativa (…)[7]
 “Un elemento común en la manifestación de la inteligencia en diversas situaciones dentro de la vida de un individuo y de diferentes individuos y grupos sociales es el carácter práctico, dirigido a un fin, que tiene el rendimiento inteligente. Esta coincidencia concuerda con las definiciones y concepciones de la inteligencia que se centran en el valor adaptativo de ésta, si bien hay que señalar que aquí el término ‘adaptativo’ no se refiere a su sentido estrictamente biológico. La idea básica es que un contexto social (ya se trate de un salón de clase, una tribu, una familia, una profesión o cualquier otro contexto) plantea una serie de problemas, y la inteligencia consiste en gran parte en la capacidad para resolver estos problemas.” [8]
Daniel Goleman (1995) Inteligencia Emocional.   Se trata de la capacidad para  reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. Considera que la inteligencia emocional puede organizarse en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y manejar las relaciones.
Según Eysenck (1983), la inteligencia surge como concepto al observar a quienes intentan resolver problemas o aprender cosas difíciles que exigen esfuerzo como las matemáticas, las lenguas o la historia. Hay personas que dan la impresión de no encontrar dificultad alguna en todo esto y salen adelante de manera destacada; otras, en cambio, son muy lentas y a menudo fracasan rotundamente.

La inteligencia en definitiva es un concepto o constructo, es decir no tiene propiedades concretas como las puede tener un ente. No tiene existencia en parte alguna pues es un término creado para explicar un fenómeno y para clasificar y explicar un gran número de hechos, como todo concepto es plausible de discusión, pero en tanto fenómeno de lenguaje, no podremos arribar a una verdad más que definiendo desde dónde estamos hablando y con qué finalidad.

PSICOMETRIA, LA MEDIDA DE LA INTELIGENCIA

Teoría Ecléctica de los dos factores de Spearman
Hacia el comienzo de nuestro siglo (1904), inspirado en Galton (inquires in to Human Faculty and its Development) e influido por Wundt- con quien trabajó en Leipzig-, Spearman inició sus fecundas investigaciones sobre la inteligencia.  Frente a las radicales discrepancias entre las diversas teorías relativas a la inteligencia, este investigador se propuso llegar a una concepción que lograse conciliar y resolver armónicamente las divergencias entre las teorías (monárquicas) que postulan una inteligencia general, las teorías (oligárquicas) que postulan varias facultades diferenciadas y las teorías (anárquicas) de las múltiples aptitudes independientes.   El primer problema que en su propósito de unificar discrepancias se le planteaba a Spearman, consistía, pues, en establecer si las aptitudes intelectuales estaban correlacionadas entre sí en dependencia de una inteligencia global, total o sí, por el contrario, esas funciones eran enteramente independientes.  Empleando cómo método el análisis factorial, Spearman formuló una solución a la que se conoce como Teoría de los dos factores o teoría bifactorial.  Su tesis, sostenida por toda una escuela, la Escuela de Londres, que tiene en Spearman su máximo representante, promovió vastas discusiones teóricas y fecundas aplicaciones prácticas y alcanzó en el campo de la Psicología muy amplia repercusión, así como la categoría de una de las principales teorías de la inteligencia de nuestro tiempo”[9] 
Resulta interesante destacar, que pese a que se han desarrollado numerosas críticas, teorías posteriores, planteos éticos, no se ha podido refutar la teoría de Spearman desde su fundamentación factorial.   Los numerosos cuestionamientos han apuntado al concepto de inteligencia en sí, a la clasificación de sujetos, a las etiquetas que se ponen al respecto, a la imposibilidad de “medir la inteligencia” en tanto se trata de un concepto mas amplio que el simple resultado en un test, apuntan a discrepancias entre el resultado del test y el desempeño del sujeto evaluado en su vida laboral, social, académica, etc.   Refieren que el factor “g” de la inteligencia que miden los test apenas evalúa un aspecto de la inteligencia “lógico Matemática”.
Sin embargo, los mismos críticos reconocen que existe una correlación entre el resultado que obtiene un sujeto en este tipo de test y el desempeño académico tradicional. No así en lo que respecta a talentos musicales, habilidades motrices, éxito laboral, social o emocional.   “la prueba de inteligencia revela poco acerca del potencial del individuo para el crecimiento futuro” (Gardner 1993).

La teoría bifactorial que desarrolló Spearman postula que TODAS las habilidades del hombre tienen un factor común, un factor general a todas ellas (factor g) y un factor específico para cada una de ellas (factor e).  En cada habilidad se dan los dos factores (g y e) pero las investigaciones desarrolladas han demostrado que hay habilidades que tienen mayor saturación de (g) que otras.
El factor G posee una magnitud constante dentro de un mismo individuo, y variable respecto de otros individuos.  Es decir, una misma persona obtiene resultados similares de saturación de factor G en diversas pruebas y puede compararse ese resultado con puntajes diferentes obtenidos por otras personas.
G significaría lo que en la práctica se llama “inteligencia general”, pero se comprende que no debe asimilárselo a ella ni a función particular alguna.   Se trata de un factor estadístico que surge de un estudio de correlaciones.  Spearman para explicarlo recurre a la hipótesis de “energía mental” g, sería la energía subyacente y constante a todas las operaciones psíquicas.  El factor G sería algo así como el pode para establecer relaciones y dada una relación y un ítem educir otro ítem.
“La conducta eductiva exige un proceso perceptivo más activo que analítico y reproductivo, nos permite desarrollar la comprensión. Tales procesos suelen no ser verbales”[10].
“FACTOR E (factor específico).  Es un factor cuantitativo variable intra e interindividualmente: variable tanto de una a otra habilidad de un mismo individuo, como de uno a otro individuo.  Por tanto, E es propio de cada habilidad particular y no depende ni se correlaciona con g ni con los otros e.  Cualitativamente los e son las maquinas, dispositivos o instrumentos (engines) a través de los cuales actúa y opera la energía mental (g).  A cada habilidad corresponde una Engine (...)
...Spearman halló que si bien la energía mental no puede medirse directamente, tal mensuración resulta factible a través de las máquinas (factores e) que los transforman en trabajo, pues todo test depende de un factor específico y, en mayor o menor grado (grado de saturación), del factor g.   Cuanto más dependa un test de g, mayor saturación de g tendrá, mejor medirá el valor de g en el individuo (...).      Se arribó a la conclusión que los test homogéneos mas saturados de g son los de razonamiento lógico matemático o gramatical (de sinominia, de oposición), los de percepción de relaciones complejas con material visual, y en especial, los de material no verbal, perceptivos, a base de problemas de educción de relaciones...”[11]

TEST DE DOMINOS  (D-48)
El test de Dominós fue construido para la armada Británica por el psicólogo Inglés Edgar Anstey en 1944.  Fue ideado como test paralelo al Raven y para superar algunas falencias.   La versión original ha quedado como closed test para la armada británica, sin embargo en 1955 Anstey publica una versión open test ligeramente diferente de la primer versión.   En colaboración con el investigador Uruguayo Risso, Anstey tipificó y estandarizó la prueba a partir de 48 reactivos de complejidad creciente, una vez efectuadas las pruebas de validez y confidencialidad publicó su test.
El test D-48 ha tenido dos adaptaciones, una inglesa y una francesa.  Esta última ha realizado modificaciones en las fichas, en la distribución de las piezas y ha reducido el número de reactivos a 44.   Fue estandarizado por Pichot y se han realizado numerosas pruebas de confiabilidad y validez.  Resulta una adaptación interesante por ser poco conocida en Latinoamérica (aquí se utiliza la versión de Anstey-Risso).

“El test de dominós es una prueba no verbal de inteligencia, que no depende en un grado considerable del ambiente, de la educación o de la experiencia del individuo.  Se basa en la teoría factorial de Spearman y busca por lo tanto medir el factor de inteligencia general g.  Es un test de educción de leyes o principios de relaciones y de completamiento de series numéricas (...)  Es un test de figuras numéricas de puntos dispuestos en grupos según un patrón, las fichas de dominó.  Los estudios han demostrado que la experiencia previa con el juego de dominós no interviene en el resultado del sujeto.”[12]







[1] Gardner, H. ESTRUCTURAS DE LA MENTE. Antecedentes. Pág. 37. Fondo de Cultura Económica. 1994.
[2] Jorge, Luis Martín.  ANALISIS HISTORICO Y CONCEPTUAL DE LAS RELACIONES ENTRE INTELIGENCIA Y LA RAZON. 2001. Tesis doctoral. www.biblioteca.uma.es
[3] Cortese, A. INTELIGENCIA EXITOSA. Antecedentes históricos del Concepto de Inteligencia. En www.Inteligencia Exitosa.org.
[4] Cortese, A. Op. Cit.
[5] San Agustín está citado en LAS ESTRUCTURAS DE LA MENTE de Gardner (Op cit) que a su vez cita a Randall, THE MAKING OF THE MODERN MIND.
[6] Gardner, H. LAS ESTRUCTURAS DE LA MENTE Op. Cit.
[7] Sternberg, R. Teoría de la inteligencia Exitosa. 2003
[8] Sternberg, R.  Op. Cit.
[9] Raven, J.C. Test de Matrices Progresivas.  Escala General. Manual. Pag. 15  Biblioteca de Psicometría y Psicodiagnóstico.  Editorial Paidos. Bs. As 1990
[10] Casadei, Noelia. Evaluación Psicológica. Teoría y técnica de la evaluación psicológica. En http://evaluacionpsico.com/2013/03/27/test-de-las-matrices-progresivas-de-raven/
[11] Raven J.C. Op Cit. Pag 17.
[12] Costa Neiva, K.  Manual de pruebas de inteligencia y aptitudes.   Test de Dominós.   Pág. 153. Editorial Plaza y Valdez. 1996.


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