miércoles, 9 de febrero de 2011

Acerca de la locura y la cordura a la hora de iniciar un análisis

Muchas personas creen que para iniciar una terapia es preciso sentirse particularmente mal, estar atravesando una crisis de cualquier índole o estar sumido en un mar de angustia sin saber bien que camino tomar.

No niego que el sufrimiento es uno de los caminos que lleva a muchos pacientes a recurrir a un profesional. Tampoco me es ajeno que la mayoría de las personas esperan a tocar fondo para consultar y recién ahí efectuar ese llamado tan postergado. ¿Pero realmente hace falta estar mal para iniciar una consulta?

Al contrario de lo que el común de la gente piensa, las personas que peor están, las que mas angustiadas se sienten o las que el sentido común diría que requerirían de ayuda son las que menos consultan. A menudo nos llegan consultas por parte de terceros preocupados por la salud mental de esa persona, pero muy rara vez el propio interesado. Casos de adicciones graves, anorexia, fobias extremas, psicosis dificilmente lleguen al consultorio por voluntad propia. Hace falta cierto grado de salud mental para percibir que algo está andando mal, para contactar con el otro y tomar conciencia de la necesidad de un cambio.

Alguna vez un paciente me contaba que sus amistades le decían "¿Para qué vas al psicologo, si vos no estás loco?" cuando es justamente lo contrario, si estuviera loco jamás podría percibir que no está bien. Los pacientes graves, por regla general son "traidos a terapia". El resto viene por sus propios medios.

Los unicos que tienen certeza son los "locos" decía un viejo profesor en la facultad. Y aunque lo decía con palabras simples, nos trasmitía un principio muy importante para comprender las enfermedades mentales mas graves.

La locura como entidad clínica no existe, se les dice locos vulgarmente a los psicóticos en estado de brote y a algunas personas neuróticas que se comportan en forma contraria a las convenciones sociales sin que esto les importe.

Lo que caracteriza a la enfermedad psicótica es justamente la certeza. El psicótico no duda, sabe con seguridad que aquello que escucha, ve, cree o se le planta como idea fija es la verdad. Es imposible moverlo de ese razonamiento y aquel que se empeñe en contradecirlo es probable que se gane la enemistad de esa persona.

El neurótico por el contrario se caracteriza por la duda. Si uno le pregunta al neurótico si está seguro de lo que está diciendo, nos encontraremos con que no. El neurotico no sabe, supone, cree, imagina... pero no puede poner las manos en el fuego por una verdad. La verdad está perdida para el neurótico y siempre la está buscando.

A lo sumo el neurótico cree saber, pero un analisis lo confrontará rapidamente con su duda esencial....
El neurótico se lanza a la busqueda de sentidos, bucea en las profundidades de su propia incertidumbre, busca en un mundo carente de significaciones un lugar a donde aferrarse. El analista no brindara ese lugar, alojará momentaneamente al sujeto con su pregunta para poder crear nuevos sentidos. Ayudará a desligarse de significaciones inútiles llevando al sujeto por nuevos caminos... Caminos que sin duda, por el solo hecho de transitarlos, implicarán crecimiento.

No hay comentarios:

Video Biografía de Sigmund Freud

Interesante biografía del "Padre" del Psicoanalísis.   Video en Español que repasa su vida.   Tiene imagenes inéditas, y fragmen...